doce.

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—Quackity… por Dios te he buscado por todo el instituto

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—Quackity… por Dios te he buscado por todo el instituto.— Hablo con su voz agitada el capitán, parecía que no mentía cuando dijo eso.

—¿Rubius? ¿Qué haces acá?— Dijo Luzu, levantándose.

—No estoy buscándote a ti, Luzu, apártate.— Dijo serio.

Estos dos se van a matar acá.

—¡Cálmense! los dos.— al ver el alboroto, el menor interrumpió.

—Quackity, por favor, hablemos sobre lo de ayer…—

Mierda.

—¿Ayer? ¿Que paso ayer?—

Mierda, mierda.

—Oh, ¿No sabes?— Soltó burlón el capitán.

—N-no pasó nada, Luzu, no sé de qué habla…— Nervioso, no sabía que iba hacer para salir de esta situación, estaba acorralado.

—¿Por qué no le cuentas? o mejor, ya que estamos los tres, hablémoslo .—

¿Que se te esta pasando por la mente, Rubius?

—¿Ah sí? ¿hablar qué?— Luzu se estaba poniendo molesto, no sé que estaban hablando y sentía que se estaba desesperando al no entender nada.

—No hay nada que hablar, Rubius.—

—¿Ah no? Aún hay mucho de que hablar Quackity, por favor.—

Quackity no sabía que hacer, estaba demasiado nervioso, no tenía porque ocurrir esto, Luzu no tenía porque saber esto tampoco.

—Rubius, no hay nada de que hablar, lo sabes…—

—Por favor, tú me gustas mucho, sólo dame una oportunidad y verás que puedo hacerte feliz…— Agarro las manos del menor, más él rápidamente se soltó de su agarre.

Luzu estaba demasiado confundido.

¿A Rubius le gustaba Quackity? Ni de broma.

—¿Que carajos estás hablando, Rubius? ¿Tú, hacerlo feliz? no me hagas reír, los dos sabemos bien que eso es mentira.—

—No eres el mejor para hablar de felicidad, Luzu, y lo sabes. Siempre vas a ser el Luzu que conocí que solo pensaba en él mismo, que nunca pensaba en sus amigos porque no le parecían importantes ¿O me equivoco?—

Luzu bufó y volteó a ver al menor, lo miraba con una cara confundida.

—Y te dolió tanto que cuando entramos al instituto yo era el popular, tu sombra, y eso siempre te dolió. Que yo fuera el centro de atención y no tú, por eso, te alejaste y empezaste a esparcir rumores de mí.—

Luzu no dijo ninguna palabra al respecto.

—¿Luzu?— Dijo el menor, llamándolo, a que respondiera, o tan siquiera que se defendiera.

—¿Lo ves, Quackity? No negó nada de lo que dije.—

—No tengo porque hacerlo, yo sé muy bien como fue y no como tú lo cuentas.—

—Entonces, ¡Defiéndete!—

No sabía porque tanta insistencia de parte de el capitán a que contara su versión, no le debía nada a nadie como para contar su parte de la historia.

—No lo haré.—

Rubius suspiró, igualmente no le convenía que Luzu contara su versión, sabía que Quackity le iba a creer a Luzu, así que mejor que se quedara callado.

—Como quieras, Quackity, por favor, piénsalo, si sientes algo por este idiota, piénsalo dos veces, te hará daño.—

Y así sin mas, el capitán se fue, dejándolos solos.

—Luzu, ¿es cierto todo lo que dijo Rubius?—

Luzu suspiró.— No, no todo, en realidad.—

—¿Me puedes contar, por favor, como fueron las cosas en realidad.— el pelinegro se acercó a él y tomó sus manos.

—Nunca, conté como fueron las cosas en realidad, dejé que Rubius dijera lo que dijera, total no me importaba.—

Se sentaron, Luzu tenía mucho que contar y aclarar.

Iba a ser una conversación larga, llenos de recuerdos, recuerdos que algún punto, quiso olvidar.

Iba a ser una conversación larga, llenos de recuerdos, recuerdos que algún punto, quiso olvidar

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𝐁𝐎𝐍𝐈𝐓𝐎 › luckity.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora