Cap. 38.

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Tom:

El sonido de las sirenas provenía de todos lados... la adrenalina en mi pecho me hacía sentirme ahogado y la presión me estaba matando... Mi cuerpo avanzaba por sí solo y no lo podía controlar, se habían bloqueado mis pensamientos y ya no existía razón en mi cabeza.

Conduje a toda velocidad, arrasando con todo a mi paso...
Vi mis manos atadas a dos enormes cadenas, cerré los ojos intentando aclarar mi vista y éstas desaparecieron al instante, volví a fijar mi mirada al frente y le vi... Estaba en medio de la calle parado mirándome, aún traía la enorme herida de bala en su cabeza, su rostro cubierto de sangre y usaba la misma ropa de aquel día, manchada con su propia sangre y sucia con evidentes marcas del alcohol derramado en sus pantalones.

Frene de un tirón, las llantas quemaron el asfalto provocando un estruendoso ruido con humo y olor a quemado.
Mí respiración agitada me hacía elevar el pecho, trague saliva con dolor y volví a mirar... Ya no estaba. Mi cabeza estaba imaginando cosas, y sentí que me estaba volviendo loco.

Me baje del coche en frente de aquella casa, a la que evitaba llegar cada día, por aquellos recuerdos que  me hacían odiar mi maldita existencia.
Caminé mirandola frente a frente, como si la estuviera desafiando... La fea fachada de color marrón, me confrontaba como si tuviera vida propia.

Abrí la puerta de entrada, las luces estaban apagadas y la televisión encendida... Sus piernas estiradas sobre la pequeña mesa de centro se alumbraron con la luz del programa de entretenimiento qué Jorg veía.
En una de sus manos sostenía una botella de cerveza y escuche como la bebía y cómo reía a carcajadas.
Me detuve sintiéndome paralisado... Lo vi voltearse lentamente para fijar su tenebrosa mirada sobre mi, sonrió mostrando sus horribles dientes y dijo...

- No pudiste hacer nada para salvarlos... Eres un inútil... Siempre lo serás.

La voz retumbó mis oídos, haciéndome sentir un pitido aturdidor, lleve ambas manos a mis oídos y los presione con fuerza, las carcajadas demoníacas de Jorg no me dejaron en paz... Corrí hasta aquella habitación qué Jorg utilizaba para golpearme y cerré la puerta detrás de mi, dando un enorme portazo.
Me tire al suelo de cuclillas y volví a apretar mis oídos con ambas manos, me balanceaba en mis piernas con movimiento repetitivos, como un enfermo mental.

- No estás aquí... No estás aquí... Estás muerto... Estás muerto... Yo te mate...

Repetía aquellas palabras una y otra vez, intentando convencerme a mi mismo y lograr entrar en razón.
Cuando deje de oírle y todo volvió a estar en silencio me puse de pie, miré a mi alrededor... estaba temblando, no podía contener los duros remezones qué mi cuerpo involuntariamente daba.

Sentí pasos acercandose y volví a sentirme paralisado, el mismo miedo que sentía cuando tenía apenas siete años y escuchaba a Jorg llegar a casa, el sonido de sus pisadas era lo que más me asustaba, porque sabía que significaba qué estaba apuntó de comenzar mi calvario.
Pero ya no era un niño, ahora podía confrontarlo.

Me armé de valor y busqué a mi alrededor algo con que defenderme, tome en mis manos un barrote oxidado, y me quede frente a la puerta esperando a que Jorg entrara, pero no lo hizo...

Me sentí estúpido al darme cuenta de lo que estaba haciendo... Jorg estaba muerto, pero en mi cabeza seguía atormentandome.
La rabia me sobrepasó y comencé a golpearlo todo a mi alrededor, con el barrote rompí los feos y viejos muebles del lugar, el polvo acumulado hizo una enorme nube gris y espesa... di golpes sin detenerme y enfurecido le di patadas al sucio colchón tirado en el suelo, di gritos desgarradores qué retumbaron en la casa y no me detuve... había enloquecido.

Aquel pilar en dónde había sido atado varias veces recibió toda mi ira, cada garrotazo dejaba huellas en la gruesa madera, pero no se rompía.

La puerta de la habitación se abrió, y mi respiración agitada me hacía elevar mi tren superior por completo, bufaba como un monstruo, y mi saliva caía de mi boca con abundancia... Era una imagen sacada de una película de terror.

El Diario de Bill.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora