Llorando por la Luna

45

Capítulo 45: El tercero perdido

Treinta minutos antes, Hospital…

Naruto agarró con fuerza la mano de Millie mientras Blitz llevaba a Loona.

El pequeño grupo cruzó la puerta, dejando a Verosika afuera.

Moxxie se acercó al mostrador con Blitz luego de que este último pusiera a su hija en una silla.

Mientras hablaban, Loona se arrastró hacia Naruto y se aferró a él.

"Ella es... muy parecida a un perro de verdad". Pensó Naruto, riéndose mentalmente mientras comenzaba a acariciar a Loona en un intento de calmar sus nervios.

Estaba nervioso, pero era porque le tenían miedo a las agujas, no a los hospitales.

"Una ventaja natural de ser un licántropo convertido/nacer humano". Naruto supuso que Loona no se calmaba.

Naruto miró hacia arriba y vio un Blitz muy lívido mientras Moxxie se sentaba junto a su esposa, su hijo y Loona.

Con un ojo tembloroso, Blitz se sentó, tomó una revista y fingió leerla.

Veinte minutos después…

"Naruto, Loona, los médicos están listos para verte". Dijo una enfermera peluda, con la cabeza inclinada hacia la izquierda.

Loona fue recogida por Blitz, quien entró rápidamente y le dijo palabras de aliento a Loona.

Naruto sacó su teléfono y le envió un mensaje de texto a Verosika.

Me acaban de llamar. ~ N

Observó cómo aparecía la burbuja de "mensajes de texto".

Buena suerte nena. *CARA DE BESO* ~ V

Naruto se consoló un poco con esto cuando entró a la habitación de su médico y la puerta se cerró de golpe.

"Sho..." dijo el médico, una pequeña rata topo desnuda... que vestía una bata de médico y una tanga, mientras miraba su portapapeles. "Si quieres tener tu oportunidad, es una vergüenza".

"Sí, señor." Naruto respondió dócilmente, levantándose la manga de mierda, abriendo Youtube en su teléfono y seleccionando una canción.

"Bueno, es un procedimiento fácil..." dijo el médico mientras abría la puerta y llamaba a la enfermera.

Naruto se puso los auriculares y subió el volumen.

Podía sentir su cuerpo latir al ritmo de su corazón.

Sintió que su corazón se aceleraba cuando... digamos que una aguja hipodérmica más grande de lo necesario entró en la habitación.

"Ahora, relajémonos..." dijo el médico mientras preparaba la jeringa.

Naruto cerró los ojos y dejó que su brazo derecho se relajara mientras su brazo izquierdo estaba tenso, agarrando la mano de Millie.

Sintió que una pequeña toallita le recorría el brazo antes de la aguja.

"Woah..." dijo el doctor con genuina sorpresa. "Nunca he visto a un perro del infierno simplemente disparar como este sin problemas".

"¿Terminamos?" Preguntó Naruto, envolviéndose alrededor de su cintura con el pelaje erizado.

"Sí, mi querido muchacho, se acabó". Dijo el médico mientras le devolvía la jeringa a la enfermera, quien salió.

Naruto suspiró aliviado, se puso de pie y caminó hacia la puerta... solo para correr hacia la puerta que se cerraba.