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Capítulo 66: Castigo iracundo

Anillo del Orgullo, Castillo de Lucifer…

Stolas sintió que el alivio lo invadía.

Él y Stella habían estado asistiendo a reuniones durante casi un mes.

'Dios mío, casi ha terminado.' Pensó Stolas mientras él y su esposa se levantaban con el resto del Marqués.

Ahora estaban en un pequeño receso.

"Disculpe."

Stolas se volvió, sorprendido.

"¿Puedo tener un momento de su tiempo, Lord Stolas, Lady Stella?" Kurama les preguntó a los dos.

Stella se burló.

"¿Qué podría tener un marqués de clase baja como usted con nosotros?" Ella preguntó con el sarcasmo más desagradable que pudo reunir.

Kurama no se inmutó, ni pestañeó ni mostró NINGÚN tipo de sorpresa.

"Nada demasiado serio, Lady Stella." Dijo Kurama con una profunda reverencia.

Estela sonrió.

A ella le gustaba la obediencia.

Stolas puso los ojos en blanco.

"¿Qué pasa, Señora Kurama?" Stolas continuó, siendo educado mientras lo criaban.

Kurama se levantó de su arco, con una alegre sonrisa en su gentil rostro.

"Sólo estaba deambulando, si es posible hacer..." Kurama hizo una pausa, tomando su barbilla, tratando de pensar qué decir.

Stolas arqueó una ceja.

'¿Qué está pensando ella?' Cuestionó mientras Kurama asentía, decidiendo mentalmente lo que quería decir.

"Me preguntaba si es posible hacer familiares". Dijo Kurama con confianza.

"Es muy fácil contratar una bestia para que sea..."

"No, no una bestia." Kurama cortésmente interrumpió al Príncipe del Infierno.

—gruñó Stella.

"Entonces, ¿qué quieres decir con tu pregunta?" —espetó Stella.

"Quiero hacer de un pecador un familiar".

Los ojos de Stolas se desorbitaron.

Recuperó la compostura.

"Bueno..." Se aclaró la garganta. "No es raro, pero es posible".

Kurama sonrió.

"Espléndido, ¿puedo pedir instrucciones?" preguntó Kurama cortésmente.

Stolas no se sentía cómodo.

La postura de Kurama.

Sus palabras.

Sus expresiones.

Su tono.

Todo se sintió… ensayado.

Como si repasara todo tipo de respuestas y respuestas y cómo podía manipular la conversación para que siguiera su camino.

"Ella es peligrosa". Pensó Stolas, tragándose el nudo que se le estaba formando en la garganta.

"Ofrezco mis servicios si usted o Lady Stella, Lord Stolas, lo desean." Dijo Kurama, con un brillo sensual en sus ojos.

"Bueno, si se trata de hacer familiares, entonces estoy dispuesto a ayudar". —ofreció Stella, gustándole la idea de que le debieran un favor.

Llorando por la Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora