Momentos de calma.

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Durante la primera semana de clases el encargado del grupo de Aimi e Iri no se presentó ni una sola vez, de hecho varios de sus compañeros no asistieron durante toda la semana. El día de hoy, después de una noche pesada, Aimi se despierta diez minutos antes de la hora de clase por lo que se viste con la misma ropa del viernes, se acomoda las vendas y finalmente abre la puerta de su habitación con la intención de salir corriendo hasta el edificio principal, sin embargo un par de chicas besandose bloquean su paso.

El pasillo realmente no es tan angosto, sin embargo las chicas portan un par mochilas que limitan el espacio. Mientras piensa en una forma para salir sin tener que hablar con ellas identifica a la humana de cabello rubio al tratarse de la misma persona que llamó a su puerta la semana pasada y a la vampira de tez negra al tratarse de Solín, por lo que bastante incómoda se aclara la garganta para anunciar su presencia.

La primera en reaccionar es la humana, quien muerde la lengua de Solín accidentalmente y con la cara completamente enrojecida sale corriendo del lugar mientras se disculpa varias veces con Aimi. A diferencia de la chica, a Solín le interesa más el estado de su lengua que la presencia de un tercero, no es hasta que Aimi comienza a avanzar que Solín reacciona y la sigue de cerca para escoltarla hasta el edificio principal sin mencionar una sola palabra.

En cuanto Aimi entra a su salón todos se callan repentinamente, observándola fijamente mientras unos cuantos susurros se hacen presentes. A pesar del pesado ambiente ella avanza hasta su asiento compartido con Iri y al igual que él se acuesta en el escritorio para descansar un par de minutos, o al menos hasta que algo los despierte. Ambos duermen tan plácidamente que ninguno escucha entrar a Zahir, quien para despertarlos comienza a lanzarles un par de objetos mientras los llama por sus nombres.

Hasta que Zahir los golpea con un cuaderno en la cabeza ambos despiertan enseñando la banca cubierta de baba —Ahora que nuestros compañeros se acaban de despertar —comienza Zahir, ocasionando un par de burlas desde el fondo del salón —Es indispensable recordarles algo muy importante para mí —su semblante relajado cambia por completo a uno serio, llenando de escalofríos a todos los presentes —No soy su niñera ni su esclavo, cualquier problema que me causen se resolverá con su muerte o expulsión — el ambiente dentro del salón se pone pesado y con temor la mayoría asintieron con su cabeza ante las últimas palabras de Zahir —¿Quedó claro?

Al día siguiente Aimi se encuentra con la chica rubia dentro del ascensor —Realmente lo siento — comienza la chica quien se presenta como Katherine Winther. Aimi acepta sus disculpas sin decir nada más, acción que pone aún más nerviosa a la chica por lo que empieza a hablar con nerviosismo acerca de cualquier cosa hasta que ambas llegan a sus cuartos, uno enfrente del otro.

En el almuerzo de mitad de semana Iri se ofrece a ir por ambas comidas mientras Aimi busca una mesa. Esperando en la fila es interceptado por Mirai, quien lo saluda con un apretón de manos sin sus característicos guantes, por lo que se pierde en su mente un par de minutos, aunque Iri continuó hablando sin percatarse de esto. Cuando Mirai vuelve en sí responde a lo poco que se acuerda —Mi pronombre es el neutro, gracias por preguntar —la sonrisa de Iri crece hasta sus orejas y continúan hablando un poco más.

Por otro lado en cuanto Aimi encuentra un espacio para los dos, el presidente del consejo se le acerca con un montón de papeles en mano —Como eres huérfana esto te servirá —la soberbia en el tono de voz de mi primo hace enojar a Aimi, por lo que ignorando sus palabras y de manera infantil ella le contesta —Aun tengo el libro, ¿lo quieres? —Kader realmente intentó mantener un semblante serio y al principio lo logró.

Por desgracia para él no logra controlar sus expresiones de molestia cuando Aimi continúa hablando —Que lastima, todavía no termino de leerlo al ser tan aburrido —conociendo a mi primo realmente hubiera armado un escándalo, sin embargo al estar en el papel de presidente del consejo ignoró las palabras de Aimi y continuó —Si aceptas, firma los papeles —que ignorara sus palabras hizo molestar aún más a Aimi pero después de pensarlo un poco guardó los papeles en su mochila.

La única forma que tengo de verteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora