Iri vive a dos horas de la escuela por lo que también se va a quedar en los dormitorios, mientras tanto va y viene para platicar con Aimi. Es un vampiro mestizo, pues su padre es un humano que trabaja como médico y su madre es una vampira miembro importante del parlamento de Saazilvalk, de hecho debido a la posición de su madre la familia tiene varios detractores al tratarse de una unión entre especies.
Esta mañana ambos están formados a las afueras del ala médica junto al resto de vampiros que formarían su futuro salón de clases para realizar el examen médico. La espera hubiera sido larga de no ser por el monólogo de Iri intentando convencerla de ver un anime sobre ninjas, desgraciadamente también alcanzan a escuchar varios murmullos que hablan sobre ellos.
Cuando por fin llega el turno de Aimi entra al consultorio mientras la doctora se presenta. Recuerdo que a Zahir le gusta que le digan hombre y mujer, fuera de eso siempre tiene la misma apariencia: su cabello es lacio y blanco, tiene la nuca rapada y rara vez se le ve suelto por que lo tiene atado en una larga coleta, sus ojos son de un intenso verde y tiene la ropa desaliñada, salvo la impecable bata.
El examen es como cualquier otro, sin embargo al terminar y revisar la horrible cicatriz en su brazo izquierdo hace una pregunta que sorprende a Aimi —¿Quieres que me deshaga de esta cicatriz? De esta manera ya no tendrías que cubrir tu brazo y dañar tu circulación —no pasó ni un segundo para que Aimi aceptara la propuesta. Siempre detesto esa cicatriz, sobre todo por los malos recuerdos que representa para ella.
La habilidad de Zahir se llama curación, básicamente cuando algún ser vivo consume su sangre se recupera, a mayor sangre, mayor recuperación. Zahir es una médico muy respetado en todo el mundo y gran parte de ese respeto es debido a la calidad en el control de su habilidad, esto porque es el primero en desarrollar una técnica para restaurar la piel a su forma original.
Zahir toma un par de fotos de la cicatriz para su reporte, posteriormente realiza un pequeño corte en la piel de Aimi y después en su dedo, dejando caer un par de gotas de su sangre en el brazo de ella. Un intenso ardor, como cuando la piel se quema, invade su brazo un par de minutos y después de eso la piel cicatrizada parece tener una capa escamosa que al retirar muestra como la horrible cicatriz ha desaparecido.
Ver su brazo sin una sola marca la hizo sentir a salvo, dejando ir ese recuerdo que tanto la atormentaba. Bastante orgulloso, Zahir se ofrece a curar las otras cicatrices en su brazo derecho, sin embargo en esta ocasión recibe un —No —con mayor rapidez que la respuesta anterior, no es que a Aimi le guste tener el brazo vendado, pero se le olvido maquillar las marcas que tiene en su brazo. Gracias a la mentalidad de Zahir, Aimi puede salir sin algún problema del consultorio.
A pesar de querer esconderse en su cuarto decide esperar a Iri en cuanto lo ve entrar al consultorio. Durante la espera Arturo se le acerca solo para entregarle una carta más de las tantas que los niños del orfanato le envían, poniendo a Aimi nerviosa en cuanto le dice —En cuanto termines tu carta me dices, los niños insisten en que respondas —estás palabras la dejaron en un dilema, pues aunque ya intentó escribir una respuesta tampoco está segura de querer mantener comunicación con algún otro ser vivo.
A cada minuto que pasa se hunde en sus pensamientos escuchando como ecos los murmullos y el tik tak de un reloj, en cierto momento se empieza a sentir tan nerviosa que comienza a rascarse con inquietud el cuello de manera inconsciente, Sus intranquilos pensamientos poco a poco la convencen de que todos los presentes la quieren dañar, por lo que estresada mantiene su otra mano en su espalda baja, por si necesita sacar a Nayu. Sin poder enfocar su mirada distingue enfrente de ella una figura humanoide de color rosa, rojo y naranja.
Iri salió del consultorio buscando con la mirada a Aimi y en el acto notó que algo andaba mal. Después de pensarlo un poco agarra gentilmente su mano, con la que desesperadamente se rascaba el cuello, y la lleva hasta el pasto donde hay menos vampiros. Se necesitaron varios minutos para que Aimi distinga el nuevo lugar en el que se encuentra y gracias a la suave música que proviene de los audífonos de Iri se relaja observando las nubes. Ambos se quedan recostados, Iri selecciona algunas canciones de su celular para que Aimi solo se concentre en la melodía y las nubes hasta que Mirai se les acerca.
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La única forma que tengo de verte
RandomA pesar de haber muerto sigo consciente y lo único que me importa es ver a mi pequeña crecer. Ella solo se enfoca en encontrar a nuestro asesino y hallar una cura, yo solo espero que recupere las ganas de vivir. Su extraña situación hace que los h...