Chapter 16

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Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de Lavender-Long-Stories.

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Hinata hojeó sus notas, esperando encontrar recuerdos que adjuntar a la información, pero no había nada. Se sentó sola en el porche después de usar su silla de ruedas para salir por su cuenta. Sasuke dormía profundamente para ser un ninja, con los sentidos embotados por la sensación de hogar que había creado. Ella lo dejaba dormir mientras observaba el amanecer. La despertó el dolor de cabeza y no se atrevía a importunarlo por cada molestia y dolor que tuviera.

Ya fuese por la niebla del despertar o el fin de su conmoción, no pensó que fuera mala idea hasta que oyó un fuerte golpe desde dentro.

—¡Hinata! —Sasuke la llamó, con la voz llena de pánico—. ¡Hinata!

Volvió a llamarla y oyó un fuerte golpe de algo rompiéndose. Siguió llamándola y la puerta trasera se abrió de golpe para revelar a su marido, jadeante, preso del pánico. Hinata se puso de rodillas y abrió la boca para disculparse. Sasuke se estrelló contra el porche y la envolvió por los hombros, abrazándola con fuerza contra él.

—Lo siento, Sasuke. No quería molestarte —soltó Hinata.

—¡Nunca! ¡Nunca hagas eso! —Sasuke gimoteó contra su hombro—. Ya creo que me estoy imaginando todo esto para lidiar con tu muerte. No desaparezcas.

—¿Qué? —Hinata levantó los brazos para aferrarse a él.

Sasuke soltó sollozos de dolor. Las dolorosas miradas que le dirigía desde al otro lado de la habitación con tanta frecuencia la quebraban aún más. ¿Cuántas veces se había sentado ella en silencio al otro lado del sofá y él se había cuestionado a sí mismo? Se le llenaron los ojos de lágrimas y se apoyó contra él.

¿Cómo podía ella causarle tanto dolor?

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—¡Amenazaste a mi padre! —Hinata cerró la puerta principal de la forma que solo ella sabía hacerlo, con suavidad y en silencio.

—Le informé de que íbamos a casarnos y que no se tolerarían las interferencias —confirmó Sasuke, levantándose del sofá con desgana.

—¡No lo entiendes! ¡No puedo casarme contigo! —Hinata dio un pisotón.

Sasuke se quedó inmóvil, con los ojos clavados en ella dolorosamente, mientras se le hacía un nudo en el estómago que le producía náuseas.

Hinata negó con la cabeza.

—No, no es que no quiera, pero no puede ser legal —apretó los puños mientras cruzaba la habitación.

—¿Por qué demonios no? —el corazón y el estómago de Sasuke se apretaron en señal de rechazo. Acababa de rehacer su vida y su razón para vivir lo estaba rechazando. ¿No pensaba aceptarlo de verdad?

—¡Porque soy la heredera caída en desgracia de los Hyūga! ¡No puedo casarme con el último Uchiha! —gritó Hinata—. ¿De verdad creías que permitirían algo así? Ahora has ofendido a mi padre. Ni siquiera me dijiste que hablarías con él.

—¡Lo hice! —ladró Sasuke.

—¡No considere que hablaras en serio! Te dije que no hicieras algo que... —Hinata se atragantó mientras las lágrimas le corrían por las mejillas—. Tengo que devolverte esto.

El dolor de Sasuke se desvaneció al darse cuenta de lo mucho que le temblaban las manos mientras luchaba por quitarse el anillo.

—Estás dejando que gobiernen tu vida.

Recuerdos Color LavandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora