𝐋𝐎𝐔𝐃 ⭑ 𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘 ²

𝟎𝟏𝟓

— Estuve con Spreen. — Dijo Juan, con simpleza.

— Ya era hora de que tuvieras relaciones, Juan.

El de gafas frunció el ceño, mirando a Reborn de mala manera.

— ¿Qué quieres decir con eso?.

— Qué eras tan virgen que te decían María.

Juan golpeó el brazo de su amigo, aunque solo logró que Reborn riera.

— ¿Y tú qué sabes si no tuve relaciones con alguien
más antes?.

— Te conozco desde que tienes catorce, Juan. Y a menos que hayas tenido una antes de que seamos amigos... Lo hubiera sabido.

Juan no tuvo nada más para decir, así que volvió su vista al yogurt de pote en sus manos, aún por la mitad, revolviendo el contenido con la cuchara.

Estaban en un descanso antes de ir a clases de escenografía, en caso de Juan, y de su taller de composición, en caso de Reborn, y solo quedaba que el menor terminara su aperitivo.

— ¿Qué tal lo pasaron?. — Preguntó Reborn.

Juan sonrió un poco, aunque intentaba disimular su alegría.

— Aún me duelen las piernas. — Dijo, haciendo reír a su amigo. — Pero estuvo... Bien. Sí, muy bien. — Río con algo de nervios. — Y... ¿Tú con Auron?.

Reborn se encogió de hombros.

— No realmente. — Dijo, por lo bajo. — No tuvimos ese tipo de relaciónes... Auron no se siente listo y respeto eso, así que no lo hicimos.

Juan asintió.

— Aunque él necesita más apoyo moral. — Continuó Reborn. — Amoroso, ya sabes, más de cariño... Que alguien para follar. Quiero ser el tipo de persona que él necesita.

Juan no respondió, y ante el silencio, Reborn se giró hacia él para ver su expresión.

El chico sonreía tan ampliamente que parecía que en cualquier momento estallaría en risas.

— ¡Qué frase, Reborn!. — Juan comenzó a reír y a aplaudir, haciendo que Reborn se ruborizara por hacer semejante escena. — Te quejas de que me afectó el teatro, pero tú con tus composiones ya se te pegaron las palabras bonitas.

Reborn lo golpeó un par de veces para que dejara de hablar, hasta que el de gafas tomó sus muñecas para que se detuviera.

— Ya, ya... Pareces un gatito enojado que araña. — Dijo Juan, aún con una sonrisa.

— Te voy a arañar la cara.

— Gatito malo. — Se burló, soltándolo.

Reborn acomodó su ropa con el ceño fruncido.

— Bien, Reborn. Lo siento. — Dijo el menor, notando lo malhumorado que se había puesto el chico. — Está bien, hablando en serio... Cada uno tiene su tiempo, y creo que lo que dices es muy lindo.

Reborn volvió a ruborizarse, y Juan intentó pellizcar sus mejillas, solo para lograr que el castaño lo apartara bruscamente y lo mandara a la mierda.