𝟎𝟐𝟑

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Al regresar con los abrigos de los dos, las miradas estaban puestos en ellos, y para que los vieran, luego de ayudarlo a colocarse su abrigado saco, Reborn besó un momento los labios de Auron, quien se ruborizó completamente y escondió su rostro e...

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Al regresar con los abrigos de los dos, las miradas estaban puestos en ellos, y para que los vieran, luego de ayudarlo a colocarse su abrigado saco, Reborn besó un momento los labios de Auron, quien se ruborizó completamente y escondió su rostro en su abrigo, mientras el castaño tomaba su mano y salían por la puerta delantera, a la vista de todos los demás.

Afuera, Reborn rodeó los hombros de Auron con un brazo, en un abrazo firme.

— ¿Te dijeron algo?. — Preguntó el castaño. Auron dudó un momento, para luego negar. — Cariño, si te dijeron algo que te dolió, dime quién fue y lo destruiré.

El pelinegro rió por el tono tan serio de su novio.

M-Me enojé. — Contestó, y luego negó un poco. — No importa.

Reborn suspiró, frotando su rostro con su mano libre.

Se sentía molesto porque alguien había molestado a su bebé, y por un momento vio todos los autos estacionados, con ganas de rayar a todos y cada uno con alguna palabra obscena.

Solo por hacer algo pequeño y no tan malo como golpear ancianos.

Se sentaron en el frente de la casa, donde un bajo muro de ladrillos, de poco menos de un metro de alto bordeaba la entrada, sentándose sobre este.

— Sabes que te amo por sobre cualquier otra cosa en el mundo ¿No, Auron?. — Murmuró Reborn, haciendo que el chico lo mirara. Las pocas luces del alumbrado público parecían brillar en el reflejo de los ojitos de Auron, haciendo que se vean mucho más bonitos. — Te amo y eso vale mucho más que la palabra de cualquier vieja quejosa.

Auron rió un poco, sonriendo, para mirarlo con agradecimiento.

Lo sé. — Murmuró. — Tam-bién te amo. — Añadió, haciendo a Reborn sonreír.

Sintió más ternura cuando notó que su novio había acompañado las palabras con señas, y había dejado los dedos pulgar, índice y meñique extendidos por más tiempo.

Con cariño, Reborn tomó su mano, acariciándola un poco y sintiendo lo regordetas y suaves que eran.

Tomando ambas, dejó besos en ellas, hasta que Auron rió por aquello.

— Siempre me pareció muy lindo cómo hablabas, Auron. — Dijo el castaño, refiriéndose a las señas.

Auron se ruborizó, sin saber cómo responder.

— Me enamoré mucho de todas esas palabras que no podía entender. — Continuó su novio, acariciando sus manitos. — Y amo tu voz también, Auron, pero las señas siempre tendrán su lugar en mi corazón, entre todo lo que amo de ti.

Auron se mordió el labio, sintiéndose cálido por esas palabras.

— No va a lo que iba, pero fue lindo decirlo. — Reborn sonrió un poco más. — Ya que esta es una fiesta de cumpleaños, por más que no sea la fecha aún, quería darte mi regalo.

Reborn soltó las manitos de Auron para buscar en el bolsillo interno de su campera, amplio, y había entrado perfectamente la caja envuelta en papel de colores pasteles.

Se la entregó a Auron, quien estaba con ojos expectantes.

La abrió con más cuidado del que hubiera querido, hasta terminar viendo la caja con la foto de la cámara instantánea, de un lindo tono de amarillo claro y algunas manchitas azules.

Sonrió ampliamente, dejándola sobre su regazo para abrazar a Reborn como agradecimiento.

— Hey, hay más. — Dijo Reborn, palmeando un poco su brazo, haciendo que se separen. — Cierra los ojos. — Pidió, y Auron obedeció.

Frunció un poco el ceño y sintió su corazón acelerarse cuando Reborn tomó su mano de nuevo, sintiendo que acomodaban algo en su dedo.

— Ya, ábrelos. — Dijo el castaño.

Auron miró directamente hacia su mano, donde ahora un anillo plateado y algo grueso, con una bonita piedra oscura, descansaba en su dedo.

Seguido de eso, Reborn alzó su mano, mostrando el mismo anillo.

— N-No quiero que lo tomes como que nos estamos casando a tan corta edad y e-eso, pero...

Auron miró al castaño, totalmente ruborizado, que despeinaba y peinaba su cabello con nervios, sin saber qué decir.

— Q-Quería compartir algo así contigo. — Dijo Reborn, mordiéndose un poco el labio interior y sintiéndose avergonzado.

Me en-canta. — Dijo Auron. Sonreía tan ampliamente que apenas podía verlo por lo pequeño de sus ojos.

Reborn sonrió.

No sabía que más podía esperarse de Auron.

Sabía que su amor era mutuo, sus nervios eran injustificados.

Y sin más, compartieron un cariñoso beso.

Sin importarles la mirada de algunos curiosos por la ventana de la casa.

Sin importarles la mirada de algunos curiosos por la ventana de la casa

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𝐋𝐎𝐔𝐃  ⭑  𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘  ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora