𝟎𝟐𝟒

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Al otro día, debían ir al hospital, y como siempre, Auron estaba nervioso

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Al otro día, debían ir al hospital, y como siempre, Auron estaba nervioso.

Permaneció casi sobre Reborn toda la mañana, recibiendo mimos que lo hacían sentir un poco mejor.

En el momento que tuvo que entrar a la sala donde estaría la máquina de tomografía, separándose de Reborn y de su madre, intentó no temblar tanto.

Había hecho eso innumerables veces, pero no podía superarlo.

En una sala aparte, la señora Álvarez, Reborn y su doctor, miraban la pantalla del ordenador.

El hombre hizo una mueca cuando notó la imagen del tumor, más brillante y clara entre toda la masa gris de su cerebro.

Movió un poco el mouse de la computadora, tomando unas medidas y anotando un par de cosas.

Estuvo así unos minutos, hasta que anunció por un micrófono que habían terminado, con lo que Auron fue libre.

El doctor se volteó hacia ambos, dedicándole una pequeña mirada a Reborn, acostumbrado a que el joven se vaya cuando tenía que hablar con la mujer, pero el castaño se adelantó antes de que le dijeran algo.

— ¿Podría quedarme, señora Álvarez?.

La mujer lo miró un segundo, antes de asentir.

Reborn ya era grande y tenía derecho a saber lo que le ocurría a Auron.

— Bien. — Dijo el médico. — La parte buena es que el tumor no ha crecido. Sigue igual que hace unas semanas. La parte mala es que apenas se redujo un milímetro. — Añadió. — Los medicamentos no parecen estar funcionando mucho... Debería haberse reducido mucho más.

»» Es extraño que su cuerpo se haya acostumbrado a los medicamentos que le recetamos, pero puede pasar... Deme un momento y le daré otros. Pasando a otro tema ¿No tuvo ningún síntoma?.

— No ha vuelto a tener fiebre, ni dolor. — La señora Álvarez miró a Reborn, para corroborar lo que había dicho y el castaño negó.

El doctor asintió, anotando en una hoja unas palabras.

— Bien, les comentaré algo. Los tumores cerebrales pueden tener distintos síntomas dependiendo de la persona... Fiebre y dolor de cabeza son recurrentes, pero pueden surgir otros. Les diré los más comunes. — El hombre se apartó un poco para ver hacia la computadora, tomando una lapicera para apuntar a las imágenes. — El tumor está en la parte más externa del cerebro, entre este y el cráneo, por eso se lo considera benigno. De estar más adentro, sería maligno. — Explicó. — Pero también tiene sus cuestiones.

»» Por la zona en la que está, que llamamos el lóbulo frontal. Esta misma, la parte de arriba y adelante del cerebro. — Abarcó, haciendo un círculo con la lapicera en una parte de la imagen. — Es la encargada de cosas como el lenguaje, el pensamiento racional, las funciones motoras, y también de funciones sociales y hasta sexuales. Incluso de la memoria a corto plazo, y cualquier síntoma que pudiera tener Auron, está relacionado a esas cosas.

»» Desde crisis de ansiedad, dificultad para hablar, para hacer amigos, movimientos de baile, o hasta falta de equilibrio pueden ser síntomas. Presten atención a esas cosas... Si las hay, si no, o si empeoran. — Dijo. — Tengo entendido que Auron ya es propenso a tener ataques de ansiedad. Aunque puede tener relación con esto, creo que son más psicológicos... No sé mucho de ese tema, pero recomiendo que vaya a un psicólogo. ¿Continuó yendo a clases con la fonoaudióloga que le recomendaron?. — Sus ojos fueron hacia la señora Álvarez.

Antes de poder contestar, golpearon la puerta con rapidez.

Sin esperar respuesta, una enfermera abrió y asomó su cabeza por la puerta.

— Disculpe, doctor. Raúl Álvarez está entrando en pánico. — Dijo, pero su tono tranquilo no hizo que los demás se sintieran bien. — No deja de repetir "Reborn".

 — No deja de repetir "Reborn"

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𝐋𝐎𝐔𝐃  ⭑  𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘  ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora