𝟎𝟓𝟐

162 17 1
                                    

— Reborn, déjalo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



— Reborn, déjalo. — Pidió la señora Álvarez, tomando a Reborn del brazo para que dejara de abrazar a Auron.

Habían estacionado a un lado del camino, para así poder ayudar a su hijo, pero Reborn no soltaba el inerte cuerpecito del pelirosa.

El pelinegro negó, sin dejar de llorar.

— Reborn, solo está desmayado. Tranquilo. — Dijo, intentando calmarlo, pero su tono sonó más brusco de lo que quería.

Reborn no le hizo caso.

La mujer suspiró para tranquilizarse, corriendo unos mechones de pelo de su rostro.

— Te enseñaré. — Dijo, soltando su brazo para ir hacia su mano.

El pelinegro se dejó, y la mujer tomó la mano del joven, haciendo que el abrazo se separara un poco.

Primero, la señora Álvarez buscó con dos dedos el punto en el cuello de Auron. Luego de unos segundos, colocó dos dedos del joven en el mismo lugar.

Reborn sintió el pulso, la sangre corriendo.

Respiró con más tranquilidad, pero su cerebro no podía pensar más que en lo peor.

— Solo se desmayó, Reborn. — Habló la mujer, con su tono sonando tranquilo. — Pon una mano en su pecho. Vas a notar que se mueve y está respirando.

Reborn le hizo caso, sintiendo su mano levantarse por la inspiración, y bajar de nuevo con la exhalación.

La señora Álvarez limpió las lágrimas en su rostro con sus dedos.

Unos últimos temblorosos sollozos salieron de los labios de Reborn.

— Auron solo está durmiendo. — Dijo la mujer, corriendo unos mechones negros que se habían pegado al rostro del chico. — Pero no debes asustarte así, porque le haces más mal a Auron. Debes estar tranquilo y él se relajará también.

Reborn asintió.

— Muchos desmayos ocurren por el miedo, Reborn. — Mencionó. — Auron es bastante susceptible también, ya lo conoces.

Como si hubiera escuchado su nombre, Auron se removió un poco y su ceño se frunció un segundo.

— Ya va despertando. — Dijo la mujer, con una sonrisa y Reborn suspiró con tranquilidad. — Déjalo que esté con la cabeza erguida, normal. Nada de echarla hacia atrás. — La mujer sacó un pañuelo de tela de su bolsillo, reemplazando la sucia servilleta con eso.

Miró a Auron con alivio y le sonrió a la señora Álvarez, quien dejó un beso en su frente, en forma maternal.

— Eres fuerte, Reborn. — Dijo — Con cosas así, más que fuerte, debes ser frío. Ya sabes cómo actuar, querido.

Reborn asintió, con una pequeña sonrisa en sus labios.

La señora Álvarez acomodó un poco los cabellos de su hijo, quien murmuró bajo ante el tacto.

Sin más, cerró la puerta del asiento trasero para volver a sentarse en el frente.

— ¿No deberíamos llevarlo al hospital otra vez?. — Preguntó el chico, sosteniendo el pañuelo debajo de la nariz de Auron.

La señora Álvarez lo miró por sobre el asiento, haciendo una mueca.

— No nos van a decir nada distinto de lo que ya nos dijeron. — Hizo una pausa. — Creo que lo mejor sería llegar a Cataluña.

 — Creo que lo mejor sería llegar a Cataluña

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐋𝐎𝐔𝐃  ⭑  𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘  ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora