𝟎𝟎𝟒

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Reborn terminó dándole la espalda a Juan, quien lo había molestado un rato intentando abrazarlo, tocándole el pelo o bajando con sus manos por su espalda hasta estar peligrosamente cerca de sus nalgas

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Reborn terminó dándole la espalda a Juan, quien lo había molestado un rato intentando abrazarlo, tocándole el pelo o bajando con sus manos por su espalda hasta estar peligrosamente cerca de sus nalgas.

Aunque luego de unos cuantos golpes se había detenido, cruzándose de brazos con un exagerado puchero en los labios.

— Maldito homofóbico, Reborn. No quieres que te toque un hombre gay solo porque es gay.

— También soy gay, idiota.

— Chinga tu madre, pendejo.

Reborn arrojó una almohada con fuerza esperando que golpeara a Juan.

Aunque la había lanzado a la suerte, le había dado, haciendo que el de gafas comenzara a quejarse.

— Cállense, parecen unos mosquitos molestos.

Auron asintió, aunque no pudieron ver el gesto por la oscuridad de la habitación.

— Auron... ¿Podés pasarme la almohada, por favor?. — Pidió Spreen en tono educado, como si fuera un niño.

El menor salió de la cama, obedeciendo a Spreen, quien le sonrió con un pequeño "gracias" en cuanto se la alcanzó.

Al volver a entrar en la cama, Auron golpeó sin querer las piernas de Spreen y el pelinegro frunció un momento el ceño, como una pequeña mueca de dolor.

Auron tardó un momento en entender que el chico si sentía sus piernas.

Sonrió, riendo ligeramente.

Mentiroso. — Le dijo, recibiendo una mirada ladina por parte de Spreen, quien sonrió un poco y se encogió de hombros.

— Sí, no te voy a mentir. — Dijo, girándose un poco para verlo frente a frente y hablando bajo para que solo él pudiera escucharlo. — Te dije hace un tiempo que podía mover los dedos... Lo sigo haciendo, pero de a poco comencé a sentir lo demás. Empecé con tener cosquillas en la planta del pie, y ahora puedo sentir todas las piernas.

Auron sonrió ampliamente, aplaudiendo bajo.

— Sigo sin poder moverlas, pero dijeron que es por los músculos débiles... Más o menos así. — Hizo un gesto con la mano, para restarle importancia. — Lo malo es que ya no puedo hacer chistes negros. Ya no tienen tanta gracia.

Auron frunció el ceño al escuchar eso, golpeándolo un poco, para que se diera cuenta que decía una estupidez.

— La terapia está ayudando. — Dijo el pelinegro, con algo de vergüenza en el rostro. — No pensé que lo haría.

Creí que ha-bías dejado... — Murmuró Auron.

Spreen se encogió de hombros.

— Me di cuenta que no tengo nada que perder si hago la terapia. — Dijo. — Además, es lindo nadar un rato.

Hablaron un rato más, aunque Spreen fue el que más pronunciaba palabras, mientras su amigo escuchaba atentamente todos sus avances con una sonrisa orgullosa en el rostro.

No fue sino hasta que escucharon los ronquidos de
Juan, que se dieron cuenta que habían hablado bastante tiempo.

Así que solo se acurrucaron un poco más para dedicarse unas "buenas noches" antes de dormirse.

Así que solo se acurrucaron un poco más para dedicarse unas "buenas noches" antes de dormirse

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𝐋𝐎𝐔𝐃  ⭑  𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘  ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora