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Palabras: 2085
Advertencias: Planes de complot y de Traición.
Comentarios iniciales: Primer Pov de Jeanice, ¿Qué creen que este sucediendo? Disfruten, comenten y voten 😘😘
Vigésimo día de la cuarta luna, 298 d.C
King's Landing
Red Keep
Jeanice POV
Quien pasara cerca de mí se alejaba con temor en su rostro. No parecían tranquilos ante las frías miradas que les daba cuando pasaban a mi lado. Estaba molesta, muy molesta. Apretaba mis labios en una fina línea, sintiendo un pequeño dolor en mi mandíbula ante lo fuerte que la apretaba.
Cuanto odiaba que hicieran planes sin mi conocimiento.
Varys sabía que tenía que estar presente, era la última reunión de mi pequeño Consejo secreto antes de que todo comenzara a estallar en pequeñas proporcionalidades por todo Westeros, pero ¿Qué había hecho el hombrecillo? Aprovecho que el Maestre de Casterly Rock estaba haciendo su revisión mensual a mi cuarto embarazo, para llamar a las personas del pequeño Consejo Secreto y armar los planes que llevábamos tiempo hablando.
¡Quería tenerlo en frente para golpearlo hasta el cansancio!
Mi madre siempre decía que era más peligroso una madre embarazada y furiosa, que una mujer sin embarazo y furiosa. Sentía que en cualquier momento explotaría. Ya no era mi loba interior lo que quería salir al exterior con sus filosos colmillos gruñendo ante el enemigo, o en este caso, el amigo que hizo cosas a escondidas. No, era otro ser que quería emerger desde las profundidades de mi alma, escondido allí desde hacía años.
—Mi Lady, no camine muy rápido que puede...
La mirada furiosa que le di a Sir Randall lo hizo enmudecer. Él estuvo presente en esa reunión hacia 4 días, ¡Y ni se dignó a ir a buscarme cuando el Maestre termino de revisarme! Era mejor que no me hablara si no quería que explotara en su contra.
Zenia se mantenía en silencio a mi lado, comprendiendo que la molestia también iba para ella. Me mordí la lengua al pasar por un pasillo y ver a mi querido esposo con su hermana, Cersei. Los observe escondida tras una columna, acariciando mi vientre cuando sentí una patada de mi pequeño lobito. Una sola mirada basto para que Zenia se quedara allí escuchando esa conversación.
