Asha Bolton, es una profesora de Literatura que pasa por un proceso de ruptura de su expareja de años. Aceptó ir a escondidas a una fiesta de adolescentes para supervisar a sus primos, sin imaginar que, dentro de ello, se encontraría con Allister, e...
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No puedo creer lo que acabo de escuchar de un niño de dieciocho años. De cierto modo, Allister es más maduro que mis primos. Jamás, imaginé que iba a llegar hasta este punto. Sé que irá al exterior a estudiar la universidad. Lo escuché en la reunión que tuve en su casa. No obstante, lo que ha soltado de su boca, es otra cosa. ¿Quiere que lo espere? ¡Es imposible!
Es imposible esperarlo.
—Te he dejado callada, Asha —dice Allister sonriendo. Sigue arrodillado, viéndome con esos ojos marrones tan brillantes y vivaces—. Quiero que lo pienses.
—Voy a ignorar que me besaste y enfocarme en tus palabras —replico, tratando de no verme afectada por la situación—. Tienes dieciocho años. Yo tengo veintisiete, este año cumplo veintiocho.
—Lo sé.
—¿Por qué pedirías a alguien viejo que te espere? —inquiero ceñuda—. Necesitas conocer más personas. ¡No soy la única en este planeta tierra! —Tomo un respiro—. Aparte, si te vas al exterior, podrás ver que hay diferentes chicas a tu alrededor. ¡Más aún de tu edad!
—Asha.
Hago una señal con mi mano.
—Es ridículo que lo has dicho, Allister —objeto llena de sorpresa—. Esto se está saliendo de control. Oh, Dios. Mira, nosotros....
—Apareciste en el momento indicado —interviene sin dejarme de ver—. Fuiste la que ofreció una sonrisa que estremeció todo mi cuerpo. No puedo dejarte ir.
Este niño.
—Soy una ilusión, Allister —replico seria—. Un bello amor de secundaria que recordarás toda tu vida. Cada vez que lo hagas, te reirás. Contarás esas anécdotas que todos tenemos.
—No eres una simple ilusión.
Sonrío de mala gana.
—Allister, aún no sabes lo que es el amor de verdad —repito, mientras extiendo la mano para acariciar su rostro—. Para mí, eres un bonito pollito que recién está caminando sobre esta tierra. Te falta mucho que pasar y experimentar. Vendrán más amores a tu vida.
—¿Eso significa que no me esperarías?
Sigue insistiendo en eso.
—No se trata de esperarte, es....
—Nunca he tenido novia. No me interesó ese tema. Siempre rechazaba a chicas de mi edad. Nadie llegaba a interesarme como lo haces tú —explica, agarrando mi mano—. Es la primera vez que pienso en un futuro con alguien. No quiero perderte solo por ser mi maestra.
