Asha Bolton, es una profesora de Literatura que pasa por un proceso de ruptura de su expareja de años. Aceptó ir a escondidas a una fiesta de adolescentes para supervisar a sus primos, sin imaginar que, dentro de ello, se encontraría con Allister, e...
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He quedado sin saber qué mismo decir.
Todos están expectantes para que prosiguiera la conversación de desnudos. Allister no deja de observarme. Rehúyo de su mirada y ayudo a mi prima a ponerse de pie. Ha bebido mucho. Ella gime de molestia. También bebí cuando rompieron mi corazón. Corté mi cabello largo y seguí con esa herida, hasta que.....
Él apareció.
Bonitos recuerdos.
—¡Deberías salir con él! —exclama Elicia. Otra vez está soltando tonterías—. ¡Serás feliz con ese niño! Cuando estás a su lado, no dejas de tener esa mirada cálida en tus ojos, Asha.
Oh Dios mío.
—Cállate, Elicia.
—¿De qué habla mi hermana? —pregunta Kade—. ¿Qué niño?
—Mejor ven ayúdenme con ella —recomiendo. Ambos hermanos se acercan a su hermana mayor. Miro a los restantes chicos y sonrío—. Perdón. Sé que es desagradable ver a una persona ebria. Pueden seguir con lo suyo.
—No es desagradable —objeta Allister—. Es gracioso.
¿Qué cosa?
—¿Es gracioso? —pregunto confundida—. Dudo que una persona que suelte tonterías enfrente de niños, sea para reírse.
—A veces te regalan las mejores de las sonrisas —espeta sin sonreír—. Que hasta te pueden enamorar.
¿De qué habla?
Un silencio se origina por la sala.
—¿Te has enamorado de una persona ebria, presidente? —pregunta el tesorero—. Porque parece que es así.
—¡Te lo dije, Asha! —exclama Elicia—. ¡Te ama! ¡Tu niño te adora!
Oh, cielos. Hago una señal de desesperación a Cayden quien entiende a la perfección. Agarra a su hermana y se la lleva, mientras hace un berrinche. Paso una mano por mi cabeza.
—Lo siento, chicos.
—¿Te gusta un niño, Asha? —pregunta Kade ceñudo—. Desde la otra vez ha dicho eso.
Solo faltaba esto.
—Iré a mi departamento. No tengo ganas de beber —replico, agarrando mi cartera. Volteo a mirarlos y sonrío—. Buena suerte en el consejo estudiantil. También en los exámenes.
—No puedes escapar así, prima.
—Luego hablamos, enano —digo—. Por cierto, presidente —Miro a Allister y sonrío—. No vayas a descuidar tus comidas y hora de sueños. Tienes ojeras y noto que has bajado de peso. Nos vemos, chicos.