Capítulo 15

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-¡¿Qué te has hecho en la cabeza?!- Mi madre no para de gritar.
Sí, al final me he teñido el pelo de rosa y la verdad es que ¡Me encanta!
Mi madre cuando me ha visto llegar a casa con ese pelo se ha puesto a gritar como una loca.
-Mamá, es sólo tinte, ya se irá. Además, me queda genial.- le sonrío ampliamente pero ella sólo consige fruncir aún más el ceño.
-Haley, tendrías que habermelo preguntado antes, no puedes hacer este tipo de estupideces cuando te plazca.
-Claro que puedo hacerlo. Cuando quiera, dónde quiera y con quién quiera. Es mi vida y no la tuya.
-Yo soy la encargada de que orientes bien tu vida, no que te la arruines haciendo tonterías.
-Me da igual, es mi pelo, así que haré lo que quiera con él.- dicho esto cojo un bolso con las llaves de casa, mi móvil y otras cosas más y me voy. De fondo oigo los gritos de mi madre que teóricamente tendrían que obligarme a volver, pero es cómo oír el viento mover las hojas de los árboles.
Ya son las 20:45 y se supone que tengo una cita con Adam así que lo llamo y me espero a que me conteste. No contesta, le envio un mensaje diciendole que me recoja en el parque al lado del instituto.
Al salir de casa no me he fijado en lo que llevaba puesto y ahora lo reviso y no voy tan mal. Llevo un mono tejano, de tirantes y pantalón corto, con un bolso de piel marrón y unas sandalias de plataforma negras. Llevo el pelo rosa suelto y pienso en maquillarme un poco. Cojo el delineador de ojos y me hago la línea de arriba el párpado y la de abajo. Luego me aplico un poco de gloss sobre los labios.
Espero sentada en el columpio e intento volver a llamar a Adam. Tampoco responde y no ha visto mi mensaje.
Me propongo a ir caminando hasta su casa, que no está muy lejos de aquí.
Me paso unos 15 minutos andando por las calles y pienso que me he perdido, pero a lo lejos diviso la casa de los chicos. Voy casi corriendo hasta allí y llamo a la puerta.
-Chica, ¡¿Qué te ha pasado en el pelo?!- Grita Jace al ver mi pelo rosa, empieza a tocarlo y dice- Me encanta, ¿Has pensado en hacerte un piercing?
-Una idea interesante...- Le digo medio riendo, aunque no es mala idea.
-Pasa.- Me ofrece una sonrisa, no tan radiante como la de Adam, pero muy sincera.
Entro en la casa y, como siempre, los cuatro chicos estan sentados en el sofá jugando a la Play Station 3.
-¡Hola chicos!- saludo, pero no veo a Adam.
-¿Haley? ¡¿Qué demonios tienes en el pelo?!- Ethan, un amor de chico...
-Me lo he teñido.- digo señalandome la cabeza.
-Veo que mi compañía te ha marcado...- Dice Finn orgulloso de que alguién más tenga el pelo de color.
-Te queda bien.- Me sonríe Chandler.
Dylan está sentado como la primera vez que nos vimos, sin decir nada.
-¿Dónde está Adam?- les pregunto.
-En su habitación.- Responde Dylan al instante.
Asiento con la cabeza y voy hacia allí. Oigo voces, exactamente dos voces... La de Adam y... Una femenina. Abro la puerta de golpe y me encuentro a Adam con una chica, uno al lado del otro fumando. Me miran los dos de immediato y a Adam le cambia la expresión de la cara. Cierro la puerta de golpe y me voy corriendo conteniendo las lágrimas que amenazan por salir de mis ojos. Los chicos me miran cuando paso casi corriendo por el salón y salgo de la casa dando un fuerte portazo.
Me siento en el patio, en el mal cuidado césped de esta casa. Y lloro. Pero no demasiado, podría salir en cualquier momento y...
-Te lo dije.- Una voz interrumpe mis pensamientos.
-¿Qué quieres, Dylan?
-Te duele, ¿Verdad?
-¡¿Vienes a restregármelo por la cara?! ¡¿No tienes nada mejor que hacer?! ¡Cómprate una vida!- Le grito a todo pulmón, y luego me echo a llorar otra vez.
Se sienta a mi lado y se pasa un rato mirándome como si fuera un animal del zoo.
-No he venido a restregártelo, he venido a ayudarte a rectificar.- Dice autocorrigiéndose.
-¿A rectificar? El daño ya está hecho... Y ni siquiera se digna a salir a disculparse.
-Sí, rectificar.
-No te entiendo.
-Que me elijas a mi en lugar de a él.
-¿Qué?- Levanto la cabeza de entre mis manos y lo miro a sus ojos verdes.
-Que me elijas...
-No lo entiendo... Tú... ¿No me odias?
-Claro que no te odio. Te quiero. Le odio a él, por hacerte caer en sus garras y haberte hecho daño. Soy un chico muy frío y me cuesta expresar lo que siento por la gente... Tengo miedo a equivocarme.
-Dylan... Yo no...
-No me quieres, lo sé. Soy un arrogante y mala persona.- Me corta.
-No es eso... Es que te veo como un amigo y... Yo no sabía todo eso.
-No importa. Que sepas que yo siempre estaré ahí cuando lo necesites, aunque me gustaría estar para algo más.
-Lo siento, Dylan, no puedo...- Me levanto y me voy por dónde he venido y lo dejo ahí sentado en el césped de su casa. No quiero mirar atrás por miedo que me vea llorando más que antes.
Vuelvo a mi casa andando. Andando y llorando, escondida detrás de mi pelo rosa.

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