23 de junio d 2023
Por fin era viernes, ya sin Julián, el clima horrible a punto de largarse la lluvia, el invierno se sentía y fuerte. Para completar mi día tenía que ir a comer a lo de mis papás, toda la semana me insistían y hoy cuando cruce a papá en el almuerzo le dije que hoy si aceptaría su invitación. Me tuve que negar a la invitación de salir de Candela, con este frío, hoy no mentía tenía una excusa posta, mis viejos..
—Hola.— escucho atrás mio y sonrío antes de girar, esa voz la conocía a la perfección.
—hola, ¿qué haces todavía acá?— le pregunto a Enzo, ya que eran las seis de la tarde y todos los jugadores ya se habían ido hace un rato.
—tuve que quedarme a una charla con el cuerpo técnico, me suelen cagar a pedo a mi para que yo lo haga con los demás– me cuenta brevemente y hago un puchero.
—tranqui, les va a ir bien— digo refiriéndome a la copa libertadores aunque no estaba 100% segura de que iba a ser así y Enzo tampoco. —ahora ya podes ir a descansar.. hasta el domingo— agrego porque jugaban.
—sí ponele, me voy porque voy a llevar a Pía a entrenar, se lo prometí.— dice con una mueca y asiento con una sonrisa apretada, nunca me había hablado de los niños, para ser sincera tampoco era algo que me interese. —chau nos vemos Juli— dice dejando un beso en mi mejilla y sonrío para saludarlo con la mano cuando se aleja.
—niña Julieta.— me llama la atención chasqueando los dedos, Moni, la señora del buffete que la conozco desde que tengo memoria, hace unos diez años mínimo.
—perdón— digo sonriendo algo roja y estiro mi mano para agarrar mi té.
—ojito vos eh— dice y largo una risita, había pasado tardes y tardes cuando salía de la escuela y tenía que esperar acá, Moni me hacía té y me daba medialunas mientras esperaba que papá termine de entrenar o algo.
Vuelvo y público las últimas fotos que me quedaban. Edito los flayers para que los publiquen el domingo, pues el encargado estaba de vacaciones y a mi me llevaba más tiempo hacer sus tareas que lo que solía tardar el.
—¿ya estas princesa?— escucho la voz de papá y me sobresalto.
—ya voy pa, ¿podes llevar esto a la cocina?— le digo mostrando mi taza y mi plato donde había comido banana hace un par de horas. Obvio que lo podría haber dejado acá, pero no lo haría nunca.
Termino de dejar todo acomodado y enviarlo al grupo de mail que compartía con mis compañeros por las dudas. Y agarro mis cosas y salgo, la llovizna y el viento se hace presente y maldigo haber venido solo con campera de cuero y no con el camperon que me habían dado hace unos días de invierno.
Encuentro a papá en el estacionamiento y me subo rápido a su auto.
—¿todo bien? ¿mucho laburo?— pregunta y hago una mueca ladeando mi cabeza.
—Pablo esta de vacas y eso se siente.— cuento, pues dos semanas para el CM se sentían fuerte.
—Mamá va a hacer tacos— cuenta y asiento, que rico.
—¿vos que onda? terminaron re tarde también hoy– chusmeo y el suspira.
—estamos bastante para atrás, algunos no se dan cuenta que estamos bastante para atrás y esta es la libertadores. Algunos lo saben y hacen boludeces igual y eso no está siendo bien tomado por mis superiores— cuenta papá mientras espera que el semáforo marque el verde y asiento.
—¿y vos? ¿qué pensas?
—yo fui como ellos, hice las mismas boludeces, y aunque ahora estoy de este lado se como es todo.— cuenta y no logro entender bien por donde va o sí pero no quiero.