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(( feliz 2024🫶🏼 perdón la tardanza, dejo un cap larguito jeje. mar))








29 de septiembre d 2023.

—dale Enzo, ya es tarde— grito por décima vez para que el señor se levante. Entrábamos a las ocho y media y ya eran las ocho menos cuarto y no se quería levantar de la cama.

—ya voy, ya voy— lo escucho acercándose y me volteo a ver. —ya estoy acá, mandona— dice y se me cae la baba, verlo en short y sin remera, dios.

—ya está el desayuno, se va enfriar— digo quejosa y el sonríe para darme un beso en la frente y morder mi tostada. —¡Enzo!— lo reto.

—buen día amor— dice y así no se puede estar enojada.

Anoche habíamos salido a comer, pues por fin días de calorcito, y cuando vino a traerme insistí en que se quede, sin muchas esperanzas, pero el se quedó.

Esta semana, desde lo de la casa de Barco, había estado medio difícil para Enzo, Florencia estaba peor que nunca, y según el no sabía muy bien como manejar las cosas, se ponían bastante difíciles. Y por supuesto que su idea no era que yo quedara en el medio.

A Enzo le ponían demasiadas responsabilidades en el club, todo cada día se ponía más difícil para el. Las dos situaciones, tanto "su separación" como su trabajo lo tenían demasiado estresado. Y había que bancar...

—Me debes el helado eh— dice Enzo cuando nos estábamos cambiando para irnos. Anoche yo elegí que comer, y el costo era comprarle helado.

—vamos hoy si queres.— le dije e instantáneamente cerre mis ojos arrepintiendome, la idea tampoco era tenerlo todos los días en mi casa obligadamente, yo sabía que tenía sus responsabilidades, entre ellas, sus dos hijos. Enzo se acerca a mi, entendiendo la situación con solo mirarme.

—como vos quieras, linda— dice y besa mis labios. Y yo sonrío negando.

Nos fuimos rápido al monumental, pues, jugadisimos con la hora como siempre.

—buen día.— le digo a Candela que ya esta raramente dentro de la oficina.

—hola ju, buen día— dice sonriendo con cara de dormida. Y me siento en mi lugar a hacer mi trabajo.

—¿saliste?— chusmeo y sonríe negando.

—estuve en lo de Enzo— dice y sonrío.

—ah, ni dormiste por lo visto— le digo y ella hace unas señas que enseguida le doy mi mayor cara de asco.

Candela tuvo que salir a hacer fotos para los carnet, y tardo bastante tiempo.. Yo me pude concentrar más en videos cronológicos, de esos que hay que buscar goles de hace treinta años, bueno así.

—¿vos? ¿qué onda con el señor?— dice retomando la charla como si no hubieran pasado dos horas desde que se fue y le hago una mueca. —¿qué paso?—

—nada, es difícil, no quiero pensar mucho, aunque ahora este más tiempo en mi casa, el sigue viviendo con su familia, yo no se que pasa en su casa realmente— digo eso que venía pensando estos últimos días y ella asiente, mientras me hace señas para ir a comer al bufete.

—y deciselo juli.. decile como te sentís.— dice ella pero se calla y se frena y yo que venía viendo mi celular me choco con su espalda y ahí levanto la mirada para encontrarme con Pía, Santiago y su madre.

—ella es, ¿no?— dice Florencia y Santiago asiente con la mayor cara de terror que vi alguna vez.

Yo sabía lo que iba a pasar, y lo peor... Santi también lo sabía.

Animarse | Enzo Pérez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora