5

44 6 1
                                    


Lejos quedaron los tiempos
en que reconocía mi voz,
mi sombra, mi rostro,
mi cuerpo, mis manos,
y mis miedos.
Te fuiste cuando él vino.
Parecía otra vida;
ahora un extraño ser
ocupaba mi piel.
Y cuando me decían
que ya no debía preocuparme, 
sabía que me mentían:
nunca volvería a sentirme segura
aunque nadie me entendiera. 

InconexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora