Diego

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Después de trabajar salí corriendo en busca de pasar tiempo con Aria. 

Fui hasta su residencia donde trabajaba. 

Es viernes, con suerte no tenía planes después y podríamos hacer algo juntos. 



.... 

Desde que Aria y yo decidimos ser amigos es como si mi vida se llenara de luz de alguna forma. 

Me gusta pasar tiempo con ella. 

Me siento bien. 

Como soy yo. 

Y logro olvidar todo lo demás. 


Espero tranquilo en la puerta cuando una señora mayor se acerca mí. 

- tú debes ser el tan Diego 

- ¿perdón? 

- cariño, ¿eres Diego? 

No doy crédito, cómo sabe...

- ¿el Diego de Aria? 

.

..

...

Me dejo lleva del brazo de esa amable señora que sin saber cómo, me ha convencido para entrar y tomarnos un café con las demás señoras jurándome que están muertas por conocerme. 

Por conocerme a mí. 

A mí. 

Y es que dejé de razonar en el momento en el que me dijo que si era el Diego de Aria.

"De Aria". 

... 

Creo que me gusta cómo suena. 

¿Pero qué digo?

- ¡¡Chicas este es el famoso Diego!! 

- ¡¡aaaahhh!! 

Casi diez abuelas se levantan de sus sillones y se acercan a conocerme como si me tratara de mismísimo Luis Miguel. 

Creo que entro en pánico. 

- ¿tú eres el Diego de nuestra Aria? 

- ¿el muchacho del que ella siempre habla? 

- vaya por dios pero qué guapo eres 

- y qué buen cuerpo, eso es que comes bien hijo 

- nuestra Aria tiene muy buen gusto 

Todas hablan a la vez mientras yo intento entender lo que me dicen. 

- siéntate caballero, tómate un café con nosotras

- yo... 

- ¿buscas a Aria? oh, tranquilo, está donde Rosita, todavía le queda para salir, tienes tiempo 

- esto... v-vale... 





Tras casi media hora intentando seguirles el ritmo de conversación y contestando monosílabos me hallo completamente absorbido por aquellas mujeres. 

- Aria es una chica estupenda 

- cuídala mucho 

- yo... - no sé qué decir. 

Hijo de millonario se enamora de alguien buenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora