Aria

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Toco la puerta de aquella gran mansión. 

... 

La mansión principal. 

Donde viven los Reyes. 

... 

Suspiro. 

Estoy nerviosa y siento que me tiembla la pierna. 

Se abre la puerta y me encuentro a una señora trabajadora. 

Sonrío amable. 

- buenas, soy la nueva vecina, Aria Pardo, he venido a entregar esta chaqueta, si pudiera hacerme el favor de dárselo a Diego Reyes... - le ofrezco la chaqueta. - le estaría muy agradecida.

- oh, claro cariño... 

- muchísimas gracias, hasta lueg... 

- no tan deprisa, Aria - se oye una nueva voz por detrás de la señora. 

Se abre la puerta del todo y aparece el gran cuerpo de Diego. 

Me muerdo la lengua para no soltar una maldición. 

... 

Está con una camiseta blanca ajustada a su torso y unos tejanos cómodos.

... 

Me mira con expresión curiosa, pero se vuelve a la señora. 

- gracias Elena, yo me ocupo 

- claro señor - se retira la mujer. 


No tardo en aprovechar mi oportunidad e intento salir de ahí a mi casa, pero él me agarra del brazo deteniéndome.

- a dónde vas - dice. 

- a mi casa 

- ¿pensabas quedarte mi chaqueta? 

- he venido a devolverla 

- pero en lugar de echarle huevos y dármela a mí directamente, se la das al primero que ves... vaya, sí que eres malagradecida 

Me suelto de su agarre y le miro enfadada. 

- da gracias que te la devuelvo y no me la quedo - respondo. 

- si tanto te gusta oler a mí te la puedes quedar, además, me da que no será la última vez que montes en mi moto - dice con un tono confiado que saca toda mi rabia. 

Me contengo de decirle tantas cosas. 

- no pienso volver a montar en esa moto - suelto.

- ¿prefieres mi coche? bueno, supongo que no me importa - dice acercándose cada vez más. 

- déjame en paz - le empujo el pecho para que se aleje de mí. 

Su cercanía me pone nerviosa. 

Todo de él me pone nerviosa. 

...

- mañana ni se te ocurra aparecer cuando tenga que ir al trabajo, no quiero perder el autobús más veces 

- ¿no tienes coche? tengo entendido que tienes uno 

- ¿ahora me investigas? 

- por qué no conduces tu coche, Aria - habla serio. 

- ¡y a ti qué te importa! - respondo desafiante clavándole la mirada. 

Permanece unos segundos callado. 

Hijo de millonario se enamora de alguien buenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora