Kalopsia; palabra griega que significa tener la ilusión de creer que algo es más bonito de lo que es.
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Hyunjin piensa que Jeongin es bonito, pero no una belleza superficial, si no de una forma más profunda.
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Hyunjin
Miraba la entrada nervioso y desesperado por ver Jeongin salir por la puerta de su casa, mire la hora en mi teléfono, no era tarde pero quería pasar el mayor tiempo posible con él. Dispuesto a buscarlo apague mi carro seguro de entrar a por él, sin embargo, un Jeongin sonriente saludándome por el cristal me espantó.
—Mierda Jeongin —Lleve mi mano al pecho sintiendo como el corazón casi se me sale del susto—, casi me cago encima.
La risa ruidosa de Jeongin hizo que una sonrisa instantánea se plasmara en mi rostro y me olvidara del pequeño susto que me había dado, lo tomé de la mano rodeando el carro para abrirle la puerta del copiloto, él me sonrió dándome las gracias y cerró la puerta.
—¿Puedo besarte? —Jeongin me miro confundido pero rápidamente empezó a reírse, yo por otro lado, cubrí mi rostro rojo de la vergüenza.
—¿Pues qué te pregunté Hwang? —Dijo entre carcajadas haciendo que sintiera mas vergüenza.
—¡Perdón!~ —Exclamé alargando las últimas letras, Jeongin todavía riendo me sujeto de las mejillas y plasmó un pequeño beso en la comisura de mis labios haciéndome sonreír.
—¿Contento? —Asentí y me puse en marcha hacia el lugar que había preparado para nosotros.
Hace semanas atrás, había planeado por fin confesarle mis sentimientos a Jeongin, estaba muy nervioso, y varias veces llegué a pensar en cancelarlo, pues el miedo de perder todo me abrazó en el proceso pero decidí dejarlo atrás y arriesgarme un poco.
Al llegar al lugar, Jeongin me miro sonriente y como si su vida dependiera de ello salió corriendo del carro, lo había traído a la playa, su lugar favorito. Mirando cómo corría por la arena como si un niño pequeño se tratase saqué las cosas que había traído para ambos.
—¡Jinnie esto es genial! —Gritó corriendo a mi alrededor —¡Un picnic en la playa mientras miramos las estrellas! —Sin poder evitarlo, solté una fuerte carcajada, abrazándolo por los hombros cuando se acercó a mi.
—¿De verdad? —Pregunté, él asintió sonriéndome con esa sonrisa suya tan fascinantes y mirándome con esos ojos que me vuelven loco, nervioso, aparte la vista desordenando su cabello.
—¡Hey me tomo horas peinarme!
—¿Desde cuando te peinas Yang Jeongin? —Pregunté fingiendo sorpresa, él rió pegándome en el hombro haciendo que suelte un quejido.
