Quince;

32 2 0
                                    

Era un día cálido de verano cuando Jeongin y Hyunjin decidieron escapar de la rutina diaria y buscar un lugar tranquilo para ver el atardecer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era un día cálido de verano cuando Jeongin y Hyunjin decidieron escapar de la rutina diaria y buscar un lugar tranquilo para ver el atardecer. Habían planeado esta salida durante semanas, ansiosos por disfrutar de un momento especial juntos.

Se dirigieron a una playa que conocían bien, un lugar donde la tranquilidad reinaba. Mientras se adentraban en la arena acercándose al hermoso mar la brisa suave les acariciaba el rostro y el sonido de las olas rompiéndose en la orilla llenaba el aire. Jeongin llevaba consigo su altavoz portátil, lleno de sus canciones favoritas. Hyunjin, siempre con su cámara a mano, capturaba cada instante, sabiendo que esos momentos eran los que se debían atesorar.

Al llegar, se sentaron en la arena, sus piernas extendidas y sus miradas fijas en el cielo. El sol comenzaba a descender lentamente, tiñendo el mar de tonos anaranjados, rosas y dorados. Jeongin encendió el altavoz y una melodía suave comenzó a sonar. 18 de One direction se escuchaba por el parlante, era una canción que ambos amaban, una que les recordaba momentos felices compartidos, y a Hyunjin claro, le recordaba todo lo quería y sentía por Jeongin, porque claro, él lo amaba desde antes de cumplir dieciocho.

Mientras la música envolvía el ambiente, Hyunjin sacó su cámara y comenzó a tomar fotografías. Jeongin, disfrutando de la música y el momento, cerró los ojos y dejó que las notas lo transportaran. Era como si el tiempo se detuviera.

—¿Sabes? —dijo Hyunjin mientras ajustaba la luz de su cámara—,cada vez que escucho esta canción, me acuerda de cuando fuimos a la playa aquel verano pasado.

Jeongin sonrió, abriendo los ojos—Sí, y de cómo nos quedamos despiertos hasta tarde hablando de nuestros sueños.

Ambos se perdieron en recuerdos, riendo y compartiendo historias. El atardecer continuaba su espectáculo, y cada vez que el sol se acercaba más al horizonte, sus corazones se llenaban de una mezcla de nostalgia y alegría.

Finalmente, cuando el sol se ocultó, el cielo se llenó de estrellas. Jeongin y Hyunjin se quedaron en silencio, disfrutando de la paz que les rodeaba. La música seguía sonando suavemente, creando un ambiente de ensueño.

—Prometamos que siempre tendremos momentos como este —dijo Jeongin, mirando a Hyunjin con sinceridad.

—Lo prometo —respondió Hyunjin, sonriendo—. Siempre habrá un atardecer y una buena canción esperándonos.

Y así, con la melodía en el aire y el cielo estrellado sobre ellos, Jeongin y Hyunjin sellaron su promesa, sabiendo que la amistad que compartían era tan hermosa como aquel atardecer.

Bonito; HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora