Kalopsia; palabra griega que significa tener la ilusión de creer que algo es más bonito de lo que es.
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Hyunjin piensa que Jeongin es bonito, pero no una belleza superficial, si no de una forma más profunda.
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Jeongin
Era una noche de tormenta, con relámpagos iluminando el cielo y truenos resonando en el aire. Me encontraba en mi habitación, sentado en el borde de mi cama, sintiéndome abrumado y confundido. Todo había cambiado desde aquel beso que había compartido con Hyunjin. Hasta ese momento, había estado seguro de sus propios sentimientos, pero el contacto había encendido algo en su interior que no podía ignorar.
El problema era que, a pesar de la intensidad del beso, no estaba seguro de sentir lo mismo que Hyunjin. Había una parte de mi que quería entregarse a esos sentimientos, pero otra me frenaba, temía herir a Hyunjin, así que decidí alejarme, lo mejor era poner distancia entre ambos.
Esa decisión pesaba en mi corazón mientras la tormenta rugía afuera. Me levante de la cama y me dirigí hasta la cocina en busca de hacer algo para comer, sin embargo, el golpe a la puerta se escuchó por toda la casa, confundido mire la hora en mi celular y luego me acerqué a la puerta la cual seguía siendo tocada. Cuando finalmente abrí, mis ojos se encontraron con un Hyunjin empapado debido a la lluvia.
—¿Por qué te alejaste? —fue lo primero que preguntó Hyunjin, su voz temblando con preocupación—. ¿Qué hice mal?
Sentí un nudo en el estómago. No quería lastimarlo, pero las palabras parecían pesadas en mi garganta. Finalmente, logré responder:
—No hiciste nada malo, Jinnie. Es solo que... estoy confundido —Los ojos llenos de tristeza de Hyunjin me miraban fijamente, nervioso, sintiendo que él podía ver mi alma, aparte la mirada mirando a cualquier lugar.
La tormenta se había calmado un poco, pero su interior seguía siendo un desastre. Hyunjin dio un paso, acercándose un poco más, con su mirada llena de sinceridad y tristeza.
—No quise incomodarte, innie, lo siento mucho —Hyunjin extendió su mano y con cuidado tomó una de las mias tocándolas con cuidado y dulzura—. No quiero que te alejes.
—Entra, vas a resfriarte —Dije haciendo un espacio para él—. Ve a cambiarte mientras yo preparo algo de comer.
Hyunjin no titubeo e hizo lo que le pedí, adentrándose a mi habitación. Sus palabras hicieron que mi corazón se estrujara, me aleje para no lastimarlo pero lo termine haciendo de todas formas y no se que hacer.
Cuando Hyunjin salió ya cambiado, le hice señas de que se sentará mientras le servía una taza de chocolate y un poco de sopa, ambos estábamos en silencio mientras comíamos pero la atmósfera era más cálida.
—Parece que la tormenta no terminará ahora —Dije rompiendo el silencio, Hyunjin levanto la vista y la imagen de un Hyunjin con el borde de los labios manchados de chocolate, solté una carcajada haciendo que él me mirara confundido.
—¿Qué? ¿Qué pasa? —Mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas debido a la risa, sin decir nada me levanté de mi lugar y me acerqué a él. Con cuidado limpie las manchas de chocolate aún con una sonrisa.
—Tenías chocolate —Susurre.
—Gracias —Asentí lentamente sintiendo como su respiración chocaba con mi piel haciendo que una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo.
Finalmente, después de un largo silencio, me acerqué a Hyunjin. Sin pensarlo dos veces, lo bese de nuevo. Hyunjin inmediatamente correspondió posando una mano en mi cintura y otra en mi mejilla, era un beso suave y dulce, sus labios eran dulces.
Cuando nos separáramos, ambos nos miramos fijamente. Hyunjin acarició mi mejilla con lentitud y delicadeza, como si de algo frágil se tratara.
—¿Puedo? —Pregunto él aun acariciándome.
—¿Qué? —Cuestione confundido.
—¿Puedo volver a besarte, innie? —Lentamente asentí, esperando ansioso sus labios en los míos y al momento de sentirlos supe que quería más. El beso pasó de ser dulce y suave, a ser intenso, el agarre de Hyunjin en mi cintura se intensificó y su lengua comenzó a explorar mi boca, mis piernas comenzaron a flaquear y sentía que en cualquier momento iba a caer de rodillas al suelo y al parecer Hyunjin se dio cuenta, pues me acerco a él invitándome que me sentará en sus piernas.
Sus manos se adentraron por mi abrigo acariciando mi piel con sus manos frías, y toda confusión abandonó mi cuerpo cuando su boca dejó mis labios y dejó leves besos en mi cuello.
—Innie... —Susurró pero no le preste atención, pues sus besos húmedos en mi piel hacían que mis pensamientos se nublaran—. Innie bebé, este no es el momento, no quiero apresurar las cosas contigo...
—¿Quieres quedarte a dormir? —Pregunte sintiendo como él rodeaba mi pequeña cintura con sus brazos.
—Si, todo lo que tú quieras, pero necesito que te bajes, quiero controlarme pero estás justo en mi entrepierna —Mis mejillas se calentaron haciéndome saber que me había sonrojado, Hyunjin soltó una leve risa haciendo que me sonrojara más.
—Tonto —Dije levantándome de sus piernas para sentarme a su lado.
Esa noche, mientras la tormenta seguía afuera, Hyunjin y yo encontramos refugio en el calor de pequeños besos y abrazos.
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