Kalopsia; palabra griega que significa tener la ilusión de creer que algo es más bonito de lo que es.
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Hyunjin piensa que Jeongin es bonito, pero no una belleza superficial, si no de una forma más profunda.
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Hyunjin
Jeongin y yo nos encontrábamos en su habitación, el suave resplandor de la tarde filtrándose a través de las cortinas, el ambiente era tranquilo, la música de fondo apenas un susurro. Jeongin se sentó en el borde de la cama, observándome sentado en el suelo, con las piernas cruzadas. Había algo en su expresión que me hizo sentir que algo importante estaba por suceder.
—Hyunjin —comenzó Jeongin, su voz temblando ligeramente—, hay algo que necesito decirte.
Levante la mirada sintiendo una mezcla de curiosidad y preocupación. La forma en que Jeongin mordía su labio inferior indicaba que estaba lidiando con algo serio.
—A veces... a veces tengo miedo —continuó Jeongin, evitando mirarme a los ojos—. Miedo de salir lastimado. Miedo de lastimarte.
Sentí un nudo en el estómago. Me acerqué un poco más, intentando transmitirle su apoyo con solo mi presencia.
—¿Porqué? —pregunté, su voz con voz suave.
Jeongin clavo su mirada en mi, el cual estaban llenos de una mezcla de tristeza y miedo.
—Jinnie... tengo tantas espinas clavadas en el corazón que no quiero que estás en algún punto se claven en el tuyo, tengo muchas sombras de mi pasado que me persiguen que me atormentan todas las noches, no quiero arrastrarte conmigo Hyun, no quiero quitarte ese brillo tan hermoso que tienes.
Sentí una punzada en el corazón. Comprendía el dolor que estaba sintiendo Jeongin; yo mismo había tenido esos mismos temores. Me acerqué más, hasta que nuestras rodillas casi se tocaron.
—Jeongin, no tienes que cargar con esto solo. Estoy aquí contigo. Podemos enfrentar cualquier cosa juntos —dije, tratando de infundirle un poco de confianza.
Jeongin cerró los ojos por un momento, como si estuviera procesando mis palabras. Luego, lentamente, dejó caer la guardia y se acercó a mi, apoyando su cabeza en mi muslo. Sentí un alivio instantáneo al poder brindarle ese apoyo, esa conexión que ambos necesitábamos.
—Gracias —murmuró Jeongin, su voz apenas audible, pero llena de sinceridad.
Acaricie suavemente su cabello, sintiendo la calidez de ese momento. Sabía que el miedo no desaparecería de inmediato, pero también sabía que juntos podíamos encontrar la manera de superarlo. En ese instante, con Jeongin a mi lado, me sentía más fuerte, más decidido a luchar por él.
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