CAPITULO 2

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                                             ↑↑Leah ↑↑

Es el primer día de clases para los tres. Liam y Sam empezaban sus días en la secundaria, yo por otro lado, comenzaba mi primer año en la universidad de Psicología.

Ellos estaban tan tranquilos pese a que era el primer día y el que no conozcan a nadie por el momento. Yo estaba calmada como de costumbre y sin hacer el más mínimo movimiento, la verdad es que me daba igual la Universidad, yo solo elegí la carrera porque es lo que mejor se me daba y generaría ganancias si trabajaba con personas con mucho dinero.

Yo iba vestida con un jean color azul oscuro y una remera blanca, no debería sorprender el hecho de que no tenía nada decente que ponerme y no llamar tanto la atención. El pelo con la raya al costado y corto hasta los hombros. Las zapatillas de color azul con detalles rojos. Y para terminar, una campera marrón que me quedaba casi a las rodillas; la amaba, era la mas grande que tenía.

Mis hermanos llevaban puesto el uniforme de su nueva escuela -que no les quedaba nada bien por los colores horribles que utilizaron- todavía no habían empezado el año y ya querían que terminase para quemar esa mugrosa ropa.

***

-Chicos, por favor, hagan silencio por un momento-ordenó la profesora, mientras aplaudía para llamar la atención-. Hoy comienza una nueva estudiante con nosotros, esta de más decir que deben tratarla bien y con respeto. Ella viene de otra ciudad, así que seguro hay cosas que no conoce del todo bien...

Mientras mi profesora enunciaba un monólogo, yo y mis ganas de escaparme esperábamos en la puerta. Me había enredado tanto los dedos por el aburrimiento. Yo solo quería sentarme en un lugar y fingir que no existía. ¿Era mucho pedir?

Cuando por fin terminó de hablar, me llamó por mí nombre completo.

Odiaba ese nombre.

-¡Hola, mucho gusto! Mi nombre es Asya Leire, y seré su compañera a partir de hoy -hice una vista panorámica hacia todos mis supuestos compañeros-. Espero que nos llevemos bien.

La profesora me indicó dónde sentarme, mientras mis compañeros cuchicheaban a mi alrededor. No habían pasado ni cinco minutos, cuando ya alguien me había puesto el ojo encima.

-Hola Asya, mi nombre es Leah, y si quieres podemos ser amigas a partir de hoy -dijo la muchacha que estaba sentada delante de mí, junto a otra chica que también me saludo.

-Hola, sí, como quieras -devolví el saludo sin muchas ganas-. Hablemos de esto en el receso, porque no quiero que la profesora me pinte de 'chica habladora' -la verdad es que no pensaba volver hablar con ella. Solo quería paz y silencio en todo el año.

***

La clase pasó sin problemas, cuando por fin llegó la hora del receso. Leah me había invitado a ir junto con ella y su amiga a desayunar. Intenté rechazarlas "gentilmente", pero insistió tanto que no pude negarme por mucho tiempo.

En esta escuela sirven el desayuno, no lo podía creer.

La amiga de Leah no me dijo ni una palabra en todo el receso. No es como que me importara, ya que gracias a Leah no había presencia del silencio.

El primer día de escuela no había estado tan mal como me lo imaginaba, pero aún así, no me daban ganas de seguir yendo. Parece que no le agradé a Yenna -la amiga de Leah- y daba gracias a eso. Así evitaba que otra persona me hablara sin parar -como lo hizo Leah durante todo el día.

Cuando llegué a casa con mi hermano, mamá ya estaba haciendo la comida. Se detuvo un momento para saludarnos y preguntarnos cómo nos había ido.

-¿Qué tal el primer día, mis amores? -sonrió angelicalmente, mientras nosotros la comíamos con la mirada-. Ya vamos a comer, así que vayan a cambiarse esa ropa.

Un amor. Dos adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora