↑↑Tía de Asya↑↑
Se había ido ... así sin más. La busqué sin parar, de un lado a otro, dispuesta a hacer o decir lo que sea para que no me abandonará, la llamé millones de veces esperando a que me explicará que mierda le había dicho Yenna, tuvo que ser algo realmente malo, porque Anna no se iría así de la nada y mucho menos sin luchar.
La desesperación ya se había apoderado de mí y fui incapaz de deshacerme de ella. Mis pies ya no tenían fuerzas, pero eso no me importaba, estaba dispuesta a arrastrarme si era necesario, solo quería saber por qué me estaba dejando.
Cuando sentí que ya ni aire me quedaba, fue cuando deje de buscarla. Y ahí me encontraba, con las rodillas ensangrentadas por la caída que tuve al intentar bajar rápido las escaleras, los ojos rojos e hinchados llenos de lágrimas que no dejaban de salir, la ropa toda sucia y sudorosa y la mirada pérdida. Se acabó, acababa de perder a la última persona que me importaba. Ya no sabía qué hacer en ese punto, no sabía si quería gritar, seguir llorando hasta quedarme sin una gota, correr sin parar y sin saber hacia donde o, tal vez y solo tal vez, desaparecer y dejar de sentir este peso sobre mí.
Paso una hora y decidí que ya tenía que volver y empacar, me iba a ir de esa Universidad, me iba a ir para siempre de mi casa, me marcharía para siempre de esa ciudad. Cuando consigo ponerme en pie, llego hasta los baños que se encontraban allí, al entrar, lo primero que vieron mis ojos fue, una chica llena de lágrimas y sangre en el labio. Cuando ella me miró a través del espejo, se paralizó y retrocedió lentamente
—¿Ass? —se alejó un poco más y con cautela
—¿Qué haces aquí? —no podía verla, simplemente no podía. Me dolía mucho el hecho de que pensó en dejarme como todos los demás, así me mire el suelo con frustración
—A-ass de-deja que te explique...-
—¡¿Te pregunté, qué que haces aquí?! —esta vez pregunté con más furia y pude escuchar como ella tragaba saliva con dificultad
—Y-yo solo ... quería un poco de aire —su voz sonaba quebrada y sin fuerza
—Ja. ¿Solo un poco de aire? —decidí levantar la mirada y posar mis ojos sobre los suyos, al instante en el que los vio, supo que no le creí semejante estupidez
—¿Es-estabas llorando? —se veía realmente preocupada
—¿Acaso eso importa ahora? ¿O es que me vas a decir que las piedras no lloramos? —solté una pequeña risa cansada y volví a mirarla directo a los ojos
—Eso no es lo que iba a decir...-
—¿A no? ¿Entonces será que estabas a punto de explicar por qué te marchas de repente, no contestas mis llamas, me ignoras como si nunca hubiera existido y te excusas cuando me tienes en frente? —estaba a punto de volver a llorar. No quería, ¡no podía! No dejaría que nadie me viera en ese estado
—Sabes que no es lo que quise...-
—¿Qué lo sé? ¡¿Dices que lo sé?! ¡Ya no tengo ni una puta idea de lo que sucede a mí alrededor! Yo... Yo ya ...no sé n-nada —no pude aguantarlo más y comencé a llorar, sin control, sin parar. Sentía como quemaban mis mejillas las lágrimas. No soporte más mis piernas y me caí
Era la primera vez que Anna me veía así, que alguien me veía en ese estado. Nunca tuve el valor suficiente como para mostrar ese lado de mí, sentía que era muy débil, muy patética. Me daba miedo que supieran lo débil que podía llegar a ser, en serio me aterraba que lo vienen, porque la única persona que me vio así, me uso como un juguete y me tiró cuando quiso.
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Un amor. Dos adiós
Teen FictionAsya es una joven de mente abierta pero de corazón muy cerrado. Ya que la vida le ha dado solo malos recuerdos y experiencias muy crueles. Está egoísta y cruel muchacha está decidida a no dejar que nadie entre en su cabeza y mucho menos...en su cora...