CAPÍTULO 16

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Aquí solo hablará Isaac.

Agh, se me parte la cabeza, ¿Cuánto bebí anoche? Ya ni lo recuerdo. Ni siquiera recuerdo porque estaba bebiendo

¿Te lo recuerdo?

No, gracias. Ya lo recordé...

Había vuelto a discutir con esa maldita mujer otra vez, y siempre sobre lo mismo. Que fastidio que es esa bruja

¿Por qué no la ignoramos y ya? O mejor, se la damos a los lobos

Esa es una opción viable, pero arriesgada. Además esa arpía vuelve sin importar nada.

¿Qué demonios se supone que haga en todo el día? Hoy no trabajo y no me quedan amigos a los cual visitar.

¡Ah! Cierto. Hoy tengo un nuevo compañero de piso, espero que no sea un amargado o no nos llevaremos bien.

Me levanté y fui por unos pantalones porque no recordaba donde había dejado el que llevaba anoche.

Entre en un mini súper y compré algo para curar mi terrible resaca.

—Mejor me apuró o mi compañero se quedará afuera esperando.

En el trayecto de vuelta, solo podía pensar en cómo sería mi compañero, pero una voz suave y dulce me devolvió a la realidad de inmediato.

—...¿Siquiera sabes como es? ¿Qué tal si es un rarito con pasatiempos raros, como oler pies y eso? O peor, ¡¿Y si es un asesino suelto, que le gusta la tortura?! ¡¡Yo soy muy joven para morir!!

¿Qué? ¿De verdad dijo lo que acabo de oír?

Sip. Nos acaba de llama asesino

¿Qué-? ¡Eso no! ¡¡¡Lo de que huelo pies!!!

¿De verdad crees que esa es la parte importante?

¡Pues claro que sí! ¡Yo no ando por la vida oliendo pies, que asco!

Me acerqué a esa persona para recriminar lo que acababa de decir, pero me detuve en seco cuando la mire detenidamente.

Era una joven muy Bonita y de complexión pequeña, apenas morocha y con unos ojos preciosos. Tenía el cabello alborotado y claro, parecía toda una muñeca.

De repente me encontré a mí mismo sumergido en su belleza, no podía parar de mirarla y escuchar su voz.

¿Pero qué rayos estoy pensando? ¿Por qué no puedo apartar la mirada de esa niña? Ni que fuera tan linda, he visto mejores

¿De verdad?

Pues claro qué...-

¿Y por qué no dejas de comerla con la mirada?

E-eso... Ehh... ¡Eso no es cierto! Puedo hacerlo si quiero

Pero no quieres, ¿O me equivocó?

Eres insoportable a veces conciencia, ¿Lo sabías?

Observe un rato más a esa niña antes de cruzarme de brazos. Cuando logre tranquilizarme y acostumbrarme a su voz, decidí por fin interrumpir.

—Puedo asegurarte que no soy nada de eso.

Se detuvo en seco y sé voltio hacia mí, y me miró detenidamente haciendo que me pusiera algo nervioso...

¡Espera! ¿Nervioso? ¿Yo?

—¿Y tú eres?...—pereció que iba a decir algo más, pero una mujer mayor la interrumpió

Un amor. Dos adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora