The great 12 - Winrina/Jiminjeong

Capítulo 11

Veritas no las había engañado cuando les dijo que el lago subiría. Donde antes sólo había habido unas pulgadas de agua, ahora se extendían ante sus ojos casi cien metros en cuyo punto más profundo podía llegar a cubrirlas. Jimin miró a Minjeong, y casi salta de la impresión cuando la vio tirar su chaqueta al suelo y comenzar a desabrochar sus botas.

                             

-¿Qué haces?

                             

Minjeong abrió su mochila y comenzó a meter dentro la ropa que se quitaba.

                             

-No quiero caminar dos días más con la ropa húmeda - dijo simplemente, comenzando a desabrochar sus pantalones. De acuerdo, la había convencido. Jimin tiró su mochila al suelo y se sacó su camiseta por encima de la cabeza. Si de verdad iban a cruzar ese lago desnudas, tenía que ir primero. De ninguna forma iba a caminar cien metros con Minjeong desnuda delante de ella sin ahogarse.

                             

-¿Vas a quitártelo todo? - inquirió con nerviosismo, con la voz temblorosa.

                             

Minjeong sonrió, intentando que Jimin no la viera.

                             

-No vas a ver nada que no hayas visto ya, Yu .- Jimin abrió la boca para contestar, pero su argumento era irrefutable -. Además, después de cuatro días andando por una cueva oscura y polvorienta nos vendrá bien un baño. Me doy asco.

                             

Jimin se sacudió los pantalones y los metió en la mochila encima de sus botas, su chaqueta de cuero y su camiseta. Se quitó rápidamente el sujetador y cerró la mochila después de decidir que podría prescindir de unas bragas secas porque le quedaba una muda limpia. Tampoco es como si sus bragas se mantuvieran secas mucho tiempo cuando estaba cerca de Minjeong.

                             

Se echó la mochila a la cabeza y casi corrió hacia la orilla del lago sin mirar a la otra, no iba a soportarlo. Porque lo que Minjeong había dicho que no iba a ver nada nuevo no era del todo cierto. En el barco, cuando habían mantenido relaciones, habían estado casi completamente vestidas las dos, a excepción del tanga de la pelirroja. Y no es que un tanga oculte demasiado.

                             

El agua no estaba tan fría como había imaginado, y separar de su piel el polvo y el sudor acumulado era casi agradable. Se esforzó por no darse la vuelta cuando oyó el chapoteo que indicaba que Minjeong había entrado al agua, y se concentró en mantener su mochila bien seca encima de su cabeza. "Darse la vuelta para mirar a una mujer ya le ha traído la ruina a muchas personas, Yu", se recordó. "Mira al pobre Orfeo".

                             

Desde luego, los cien metros se le hicieron más largos que a Orfeo la salida del Inframundo, y cuando salió del agua le recorrió un escalofrío. Pero aquello no fue nada como el que sintió cuando finalmente se giró una vez dejó la mochila en el suelo para volver al lago y lavarse.

                             

La figura desnuda de Minjeong emergiendo del agua le supuso algo muy parecido a lo que hubiera sido el nacimiento de Afrodita surgiendo del océano. Y por supuesto la pelirroja, siempre seductora, siempre dejándola sin palabras, no le apartó la mirada ni un segundo. Jimin sintió que escrutaba algo más que su desnudez.