Capítulo 16

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Minjeong se dejó caer en la cama, aún vestida. Todo su apartamento estaba a oscuras, no había encendido ninguna luz antes de correr hacia su habitación. No pensaba poder dar más de dos pasos sin caerse; las piernas le temblaban. Jimin. Jimin estaba en París. Había sido como un espejismo verla fuera del restaurante, y sólo había podido ir hacia ella, como un satélite empujado por la gravedad. Y lo demás... Había sido maravilloso. Compartir tiempo con ella sin estar en constante peligro de muerte había sido maravilloso. A ella, que nunca le habían gustado las películas románticas, y aquella noche había parecido una estampa de Hollywood. Incluso habían comprado crepes y las habían comido frente a la Torre Eiffel. Habían hablado, con calma, sin prisa, y también habían compartido silencios.

                             

Minjeong aspiró, oliendo el aroma de Jimin impregnado en su ropa. Se rozó los labios con los dedos, sintiendo aún en ellos el cosquilleo de su boca. Aquel beso había sido perfecto, excepto... Minjeong se reincorporó, enfadándose momentáneamente consigo misma. Sentía el calor en todas sus terminaciones nerviosas. ¿Por qué demonios no la había dejado subir?

                             

Mientras tanto, hotel en Montmartre.

                             

A Jimin le costó meter la llave de su habitación en la cerradura. Le temblaban las manos de la alegría contenida. Bueno... y de... ¡maldita Kim Minjeong! Sus brazos alrededor de su cuello, su pierna colándose entre las suyas, su aliento en su boca, su olor, su voz. ¡Todo! Tiró la chaqueta al suelo y abrió las ventanas en seguida, tenía de alguna forma que bajar esa temperatura si no quería acabar desmayándose. Habría querido decirle a Minjeong que la había esperado, que no había compartido su cuerpo ni su cama con nadie en aquellos meses, pero Minjeong no había preguntado. Y lo entendía: ella tampoco lo había hecho. No había preguntado porque la respuesta daba igual. Estaban allí, juntas, en ese momento. Y eso era lo que importaba. Miró su móvil por primera vez en toda la noche y gruñó al ver el mensaje. Maldita Giselle.

                             

Giselle: Espero que hayáis tenido un gran reencuentro... no sé si me entiendes.

                             

Gruñó y lanzó el móvil a la cama, pero este volvió a sonar. Lo cogió con furia, dispuesta a mandar a Giselle a la mierda, pero el mensaje provenía de un número que no tenía agregado. Pero en seguida sonrió al ver la foto de perfil. Giselle o Ningning le habrían pasado a Minjeong su número.

                             

Min: Gracias por esta noche.
Min: Me lo he pasado muy bien.

                             

Jimin le sonrió a la pantalla, avergonzada como una adolescente, mirando embobada dos mensajes. En seguida, una foto le apareció en la pantalla y Jimin tuvo que tragar saliva, empezando a temblar de nuevo. Minjeong en un pijama que casi no existía, Minjeong desde una cama en la que debería estar ella. Comenzó a marearse. Maldita diosa del erotismo, maldita provocadora.    

                             

Jimin: ...

                             

Minjeong: buenas noches ;)

                             

Jimin casi corrió hacia la ducha.

The great 12 - Winrina/JiminjeongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora