CAPITULO 24 SIMPLEMENTE TU

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La luz de la ventana lo había despertado, miro a su mujer que dormía profundamente, su cabello estaba regado en toda la almohada, su cuerpo estaba envuelto con la gruesa colcha miro hacia la chimenea y observo que solo habían pequeñas brazas, tomo su bata para levantarse,  pero al hacerlo tuvo mareo y lo hizo sentarse de nuevo.

- Demonios - susurro molesto, ya que también tuvo agruras - no vuelvo a comer bocadillos de media noche - volteo a ver a la golosa mujer qué dormía tranquilamente.

 Tomo un poco de agua y se acerco a la chimenea para acomodar dos troncos,  bajo las escaleras para tomar algo que le quitara esas agruras, como siempre la cocina estaba vacía pero el desayuno listo, el fogón calentaba el lugar,  reconoció que los ancianos eran bastante discreto. 

En el fogón había una olla llena de agua, cerca estaba la cafetera y la tetera, busco la vasija donde estaba el Té Negro,  lo preparo pero esta vez sin azúcar y con un limón entero, al tomarlo lo sintió delicioso.

Camino hacia la biblioteca donde el mensajero de Edward dejo algunas correspondencia, entre esas carta estaba la carta de Albert, eso llamo su atención, leyó la carta y en segundo.

- ¿Qué demonio es esto? - dijo muy sorprendido - ¿Candy es una Andley?.


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Eleonor estaba muy enojada con su hijo, se suponía que a estas horas ya se habría casado con Candide, cómo se atrevía a poner a candy en esa situación, acaso no sabían que esto traería consecuencias, sin duda las calentura de su hijo lo traía loco, a estas alturas candy se casarían con un vientre abultado.

La imagen de su marido vino a su mente, Richard no salió de su habitación en semanas, entonces ¿por qué estaba condenando un amor limpio y puro?

- Creo que ser duquesa me a Nublado la mente con estúpidos perjuicio - afirmo la dama mirando hacia el hermoso jardín.

Pero su preocupación no era solo la virtud de Candice, que a estas altura de eso no había nada, su preocupación era la platica que había tenido con Albert, días atrás.

- ¿Esta seguro de lo que tú me estas diciendo? - dijo aun aturdida por el relato.

- Completamente duquesa - Albert la miraba tranquilo.

- Si...es así, creo que la vida da giros inesperado - tomo un poco de te, y mirando al rubio afirmo lo que el Rubio le había confesado - Candice es una Andley, tu Sobrina - El afirmo.

Eso había cambiado las cosas, a estas alturas terry debía de casarse, aunque sabia que Albert era de mente abierta, la maniaca del clan No.

Esto complicaba las cosas, cuando la anciana supiera lo que su hijo estuvo haciendo o esta haciendo - confirmo con una sonrisa - a su nueva nieta le iba a dar un ataque al corazón.

- Espero que todo salga bien - deseo la hermosa duquesa, segundo después sus pensamiento volaron hasta en Inglaterra don su amado aun se encontraba, esa guerra le quitaba el sueño y la hundía en la tristeza, tener a Richard lejos de ella le quitaba un poco la felicidad.


En Lakewood Albert esperaba dar el siguiente paso para darle la noticia a su sobrina, moría de ansia para poder contarle toda la verdad.

- a esta alturas Terry ya debió haber leído mi carta - mientras bailaba sus dedos en el hermoso escritorio de caoba miraba ansioso el teléfono - vamos Terry llama hombre que necesito explicarte mi plan.

- Willian creo que es el momento - Albert miro a su amigo con fastidio, los ancianos lo esperaban para una decisión, el caso de los leagan era prioridad para ellos, ya que había mucho dinero en juego, todos anhelaban una buena porción de todo lo que ellos se robaron, pero eso no era todo lo que ellos ganarían ya que  mucho de su fortuna fue  confiscada al quererle robar a ellos.

simplemente tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora