Capitulo Dos

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Fett y D’harhan no les dieron ni una oportunidad de formar una estrategia. Los cazarrecompensas eran todo movimiento, D’harhan le pasó a Fett un bláster para que ambos pudieran disparar a voluntad. El aire se llenó de escombros y humo.

—Ojalá tuviese un sable láser —masculló Ferus mientras él y Obi-Wan se zambulleron buscando refugio detrás de una gran nave que esperaba reparaciones. Había devuelto su sable láser cuando dejó la Orden—. Este sería un momento excelente para
sacar el tuyo, Obi-Wan.

De momento, Obi-Wan esperó. Él y Ferus se colocaron detrás de una gran consola de reparaciones, llena de herramientas. Vio el de humo rizando se desde la cabeza de D’harhan, y supo que los cañones láser se habían recalentado. El fuego láser de Boba Fett no podría penetrar la nave. Estaban seguros por el momento.

Pero sólo por el momento. Obi-Wan escudriñó el hangar. A pesar de la increíble potencia de fuego de D’harhan, sabía que Fett era la amenaza más grande. De los dos, Fett tenía la astucia. Por encima, los puntales mantenían el tejado en su lugar. Una serie de arqueados soportes flexibles de duracero se entrecruzaban en lo alto. La mitad del tejado había sido completamente destruida cuando Fett había disparado el misil de impacto.

Los arcos de soporte serían un lugar excelente para llevar a cabo una batalla. Fett tenía su mochila propulsora, pero D’harhan estaría en desventaja. Tendría que permanecer en el suelo. Obi-Wan señaló con su barbilla.

—¿Puedes hacerlo? —le preguntó a Ferus, indicando el enrejado de arriba.
Ferus sonrió abiertamente.

—¿Puede volar un bantha?

—Realmente, no.

—Eres un minucioso con los detalles, Obi-Wan.

De repente, la Fuerza surgió, y Obi-Wan escuchó un leve ruido. D’harhan había
lanzado otra carga explosiva de su cañón láser. El crucero en reparación sufrió un golpe directo. Las llamas se extendieron hacia Obi-Wan y Ferus, y ellos saltaron para evitarlas.

Eso era justamente lo que Boba Fett estaba esperando. El sable láser de Obi-Wan bailó, devolviendo el fuego láser del cazarrecompensas mientras Obi-Wan saltaba hacia la seguridad de un puntal a gran altura. Ferus aterrizó en una nave al lado del crucero ahora destruido, luego usó el impulso de su salto para dar un segundo brinco, invocando la Fuerza esta vez.

Navegó por el aire, las puntas de sus dedos rozaron la viga más bajo. Obi-Wan vio pánico en sus ojos. Se agachó y agarró la muñeca de Ferus, después le alzó. Boba Fett se movió rápidamente, activando los propulsores de su mochila y elevándose en el aire, disparando mientras se acercaba. Desviando los disparos, Obi-Wan se ocupó de la retaguardia mientras él y Ferus corrían hacia la abertura del tejado. Ferus tenía su tosco armamento para utilizar.

Metió la mano en su bolsillo, después le
lanzó algo a Fett, un disco brillante que giró en una línea recta, directamente hacia él. Fett se apartó, pero el disco golpeó su armadura cerca del hombro, dejando una grieta en su superficie. Obi-Wan se dio cuenta que Ferus se había llenado los bolsillos con las
cuchillas redondas láser que cabían dentro de una herramienta servocortadora. Lanzó otro
y otro, y Fett lo estaba pasando mal para esquivarlos. Con cada ráfaga de su mochila, se acercaba peligrosamente a las vigas.

Felicitando silenciosamente a Ferus por su inventiva, Obi-Wan cambió de rumbo y cargó hacia Fett que daba bandazos, balanceando su sable láser sobre la cabeza mientras corría. Localizó con precisión los pernos que sujetaban las planchas de duracero del techo
en su sitio, golpeando cado uno con un toque rápido y cortante en un cuidadoso patrón. Ahora todo lo que D’harhan tenía que hacer era cooperar.

El cíborg no era nada más que previsible. Obi-Wan vio su cañón láser girar mientras le seguía. La luz roja de rastreo comenzó a parpadear. Boba Fett supo instantáneamente lo que iba a ocurrir. Obi-Wan vio una urgencia nueva en sus intentos de esquivar los cortantes lásers giratorios de Ferus mientras se
dirigía hacia abajo para detener a D’harhan. Llegó demasiado tarde. El fuego del cañón se dirigió a gran velocidad hacia ellos. Obi-Wan lo había anticipado y se había balanceado en una viga, volando por los aires hacia la parte posterior del hangar. Ferus le pisaba los talones.

La potencia de fuego desgarró el tejado donde había estado Obi-Wan. Todos los
pernos habían sido cortados por el sable láser en este panel en particular, y el delgado duracero se despegó como la cáscara de una fruta, cayendo hacia el suelo. Boba Fett consiguió ponerse a salvo, pero D’harhan estaba atrapado. El panel de duracero le golpeó de lleno en la espalda, aplastándole contra el suelo y atrapando sus piernas.

Obi-Wan y Ferus cayeron al suelo. Balanceando su sable láser, Obi-Wan avanzó hacia Fett. Ferus se resguardó detrás de las diversas naves, intentando llegar por detrás de Boba Fett para así poder arrinconarle. Con D’harhan temporalmente fuera de juego, esa
sería su mejor oportunidad para detener a Fett. Desafortunadamente el daño no había pasado desapercibido para la seguridad del espaciopuerto. Una pelea entre pilotos era una cosa, el daño de la propiedad otra.

Repentinamente los deslizadores llenaron el espacio, pilotados por oficiales de seguridad armados con rifles láser. Fett era su primer objetivo, y se dirigieron hacia él. El cazarrecompensas ahora tenía las manos ocupadas mientras se giraba para recibir su
asalto. Con un rápido golpe, Obi-Wan destruyó el panel de control del cañón láser de D’harhan. La sonrisa usual del cíborg ahora era una mueca. Su voz inexpresiva estaba ronca.

—¿Crees que has ganado, verdad? Pero nosotros no perdemos. Un día serás otro
prisionero Jedi en Coruscant. Malorum tiene sus métodos.

El fuego láser de vertió sobre el suelo a su lado. Habían llegado más oficiales de
seguridad.

—No se muevan —dijo una voz amplificada.

Cuando Ferus se les unió, la sonrisa de D’harhan se ensanchó.

—Ahora estaremos todos juntos en prisión.

Ferus se inclinó hacia abajo.

—No vamos a ir a ninguna parte contigo, tabla de circuitos divididos.

Obi-Wan escuchó el zumbido de un motor. Vio a través de la puerta parcialmente abierta que un crucero espacial había maniobrado con habilidad por la línea y se aproximaba al hangar. Trever. Ferus también le vio.

—Hora de coger el aerotaxi —dijo.
Corrieron hacia la nave. Trever la hizo girar y activó la rampa de aterrizaje mientras se alzaba en el aire.

Con un salto volador, Obi-Wan y Ferus aterrizaron en la rampa y subieron a bordo. Rayos láser cayeron sobre la rampa cuando se cerraba mientras ellos corrían por el interior de la nave. Alcanzaron la cabina justo cuando Trever enviaba el crucero rugiendo
por encima del espaciopuerto.
Mientras entraban a gran velocidad en la atmósfera, los Gemelos Rojos menguaban
en dos palpitantes puntos carmesíes, después un único brillo rojizo.

—Bonita conducción, chico —le dijo Ferus a Trever—. ¿Dónde has conseguido la nave?

La cara de Trever estaba sonrojada.

—Comercié por ella mientras vosotros danzabais por ahí. Pensé que necesitaríamos una huida fácil.

—No tan fácil —dijo Obi-Wan. Una luz brillante cruzaba velozmente el cielo.
Boba Fett había escapado en su nave.

The last Jedi : Dark WarningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora