Capitulo Dieciseis

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El radiocomunicador funcionaba perfectamente, pero aun así tuvieron que zambullirse en la tormenta atmosférica para regresar al asteroide. Ferus estaba más acostumbrado a los desgarros espaciales ahora, así como a los repentinos vórtices gravitacionales que podían enviar la nave girando fuera de control. Aun así, cuando el asteroide apareció a la vista, todos dejaron escapar un suspiro de alivio.

Toma y Raina debían haberlos visto aproximarse porque estaban esperándolos mientras Ferus aterrizaba la nave. Ferus hizo descender la rampa y los tres bajaron a pie.

—Estamos muy contentos de veros —dijo Toma.

—Nos estábamos cansando de la conversación del otro —dijo Raina, intentando bromear, pero había tensión en su cara. Sin duda, había estado temiendo que no fueran a volver.

—Tenemos suministros —dijo Ferus—. Y a un camarada herido.

—Déjame verle —dijo Raina—. Antes de las Guerras Clon, estaba terminando mi entrenamiento médico. —Subió corriendo ágilmente la rampa de la nave.

Ferus se giró hacia Toma.

—Vamos a establecer una base aquí. Esperamos encontrar a más Jedi que vengan. Tengo suministros suficientes para mantenernos abastecidos. Lo que necesito son seres que lo dirijan mientras estoy ausente. Esperaba convencerle a él y a Raina de ello. Soy consciente de que no es exactamente un trabajo atractivo, pero…

—No puedo hablar en nombre de Raina —dijo Toma—, pero no puedo imaginar una causa mejor.

Descargaron los suministros. Obi-Wan, Ferus y Toma establecieron la vivienda prefabricada que estaba empaquetada pulcramente dentro de contenedores de duracero. Las estructuras de plastoide eran duraderas y estaban construidas para resistir el calor y el frío.

Cuando terminaron, hicieron una pausa para observar el oscuro cielo sobre sus cabezas. Puesto que el asteroide viajaba continuamente y no tenía sol, no había división entre noche y día. Aun así, existía el sentimiento de que había pasado el día, y era hora de dormir.

Obi-Wan fue a ver a Garen. Raina había establecido una especie de clínica en una de las estructuras. Garen estaba durmiendo.

—Le llevará algún tiempo recuperarse —dijo Raina quedamente—. No hay nada que no podamos hacer por él aquí que no pudiera conseguir en una instalación de primera clase. Necesita descansar, comida y cuidado médico básico. Haré que mejore, Obi-Wan —miró a Garen con pesar en su cara—. Le recuerdo de las Guerras Clon. Ha cambiado enormemente.

Él puso su mano en el hombro de Raina.

—Gracias por cuidar de él.

Obi-Wan salió de la estructura. Ferus estaba esperando solo, contemplando el cielo.

—¿Cómo está Garen?

—Durmiendo. Raina no sabe cuánto tiempo durará su recuperación. Pero estará bien aquí.

—Ahora que está instalado, creo que deberíamos partir hacia Coruscant —dijo Ferus—. No tenemos tiempo que perder.

Aquí estaba. Aquí estaba el momento en el que le decepcionaría.

—No voy contigo, Ferus.

Ferus parecía triste pero no sorprendido.

—Supongo que lo sabía. Sólo esperaba que cambiases de idea.

—Te he dado tanta ayuda como he podido.

—¿Qué hay de Garen? ¡Es tu amigo!

—Le dejo en un lugar en el que pueden cuidar de él.

The last Jedi : Dark WarningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora