—¿Realmente piensas dejarme aquí? —preguntó Trever, incrédulo. Ferus verificó su equipo.
—Tengo que hacerlo. Solo alguien que sabe cómo usar la Fuerza puede atravesar la caverna.
—¿Quién lo dice?
Ferus suspiró.
—Haría mi trabajo más difícil si estás allí, Trever. Las visiones te confundirán y te asustarán.
Trever alzó la barbilla.
—No me asusto de cosas que no están ahí.
—Estas están ahí. Confía en mí. No sé si puedo atravesarla. Y tampoco voy a meterte en un nido de gorgodones. Si todo va bien, no tardaré mucho. Si no va bien… espera aquí a Obi-Wan. ¡Y mantente fuera de la vista!
—¡Deja de darme órdenes! ¡No soy un niño!
—Eres un niño —dijo Ferus—. Has visto mucho y has hecho más, pero todavía eres un niño, y voy a protegerte cuando tenga que hacerlo. Fin de la historia. Ahora espera aquí. Si tengo suerte, saldré con Garen Muln y un sable láser.
—Y si no tienes suerte, un gorgodon te masticará y te escupirá, y yo barreré los pedazos —contestó Trever.
—Encantador —dijo Ferus—. Buena suerte para ti, también. —Se giró. Sólo había dado unos pocos pasos cuando Trever le llamó.
—¡Será mejor que vuelvas!
Sonriendo ligeramente, Ferus siguió adelante. Obi-Wan le había mostrado la ruta hasta el nido de gorgodones y la parte trasera de la caverna. Incluso le había dado consejos sobre cómo luchar con un gorgodon, en caso de que provocara a uno.
—Vigila sus colas —masculló Ferus—. Y sus dientes. Y su saliva. Y sus brazos, cuando te aplastan hasta morir.
Ilum era un planeta de hielo, y la nieve era tan suave como el cristal, con una capa exterior de permafrost. El aire estaba tan frío que sentía como si se le congelaran los pulmones con cada respiración. Ferus tenía que dar pequeños pasos y usar su cable líquido para izarse a sí mismo sobre los acantilados.
Era una subida extenuante, y trató ir despacio a pesar de su ansia por alcanzar la cima. Sabía que necesitaría toda su fuerza para encontrarse con los gorgodones. También sabía que dormían durante el día, así que también podría atravesar el nido sin despertarlos. Mientras trepaba, tuvo que quitarse de encima el sentimiento de incredulidad de que estaba aquí. Volver a ver a Obi-Wan le había catapultado hacia un camino que no había esperado. Había dejado a su mundo natal adoptado, dejado a su socio Roan, todo para seguir una búsqueda para salvar a cualquier Jedi que pudiera encontrar. ¡Y ya ni siquiera era un Jedi! No estaba seguro de lo que era. Era una criatura extraña, medio Jedi, medio hombre. Una criatura de carnaval espacial a que lo niños señalaban y de la que se reían, esperando que él se convirtiera en uno u otro.
Céntrate, Ferus, se dijo a sí mismo severamente. Ferus disparó su cable líquido y este le alzó los cien metros restantes hasta el siguiente saliente. Gruesas cortinas onduladas de hielo recubrían la montaña. Obi-Wan le había explicado que sería difícil precisar la posición del nido de gorgodones. Tendría que usar la Fuerza.
Ferus cerró los ojos un momento. A veces era un esfuerzo para él aclarar su mente, alcanzar la Fuerza. Aunque el uso de la Fuerza tenía que ser algo sin esfuerzo; no podía intentarlo. Sólo podía existir en este momento, no esperar lo que estaba por venir. Sintió en el aire las vibraciones del hielo, la roca, las moléculas del cielo, su propio cuerpo. Todos ellos existían conjuntamente en un zumbido uniforme de energía, y de ellos se alzaba lo que le unía con todas las cosas de la galaxia: la Fuerza.
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The last Jedi : Dark Warning
Science FictionObi-Wan Kenobi está en una misión. Junto al ex-aprendiz Jedi Ferus Olin y un muchacho cabeza dura llamado Trever, está intentando mantener el secreto más importante de los Jedi a salvo del inquisitivo Imperio. Con Boba Fett siguiendo su rastro y que...