Atravesaron andando las estrechas y desiertas calles. La ciudad no estaba diseñada en cuadrícula, sino en un patrón aleatorio, las calles y los callejones giraban, ascendían y
descendían por el terreno montañoso. Las casas estaban hechas de suave piedra broncínea, y sólo tenían algunos pisos de altura.—La mayor parte de los ciudadanos han sido evacuados —explicó Raina—. Ahora
esto es poco más que una base militar. Pero una vez fue una ciudad próspera.Caminaron hacia un amplio edificio de piedra en el borde de una plaza cubierta de hierba. La plaza ahora servía como plataforma de aterrizaje para las naves. Un techo del plastoide la cubría y la conectaba con el edificio.
—Esto solía ser una escuela —dijo Raina—. Muchos de los estudiantes se unieron a la resistencia, y el resto ofreció el edificio como base de operaciones. La mayoría de los acherinos son completamente devotos con esta causa. No tuvimos que pedir sacrificios. Los ofrecieron.
Trever sonrió burlonamente.
—O tal vez sólo querían librarse de las clases.
Raina no se ofendió; se rió.
—Tal vez.
Obi-Wan echó un vistazo al majestuoso y bajo edificio y a la extensión de hierba que una vez había florecido y que ahora estaba marrón y abrasada por el fuego de los motores y el pisoteo de las botas. Una vez, los niños y niñas habían atravesado corriendo esta hierba, habían estudiado en esta escuela. Era raro cuánto odiaba la guerra, y aun así cuánta vida había gastado en ella. Raina asintió a un guarda parado fuera de las puertas dobles, y ella y sus invitados pudieron entrar. Rápidamente les condujo hasta el centro de mando, un vestíbulo circular
en mitad del edificio. Una vez había sido un lugar de encuentro para estudiantes, supuso Obi-Wan. Ahora había sido equipado con videopantallas y ordenadores.Un hombre alto con la cabeza afeitada les vio entrar. Su cara estaba impasible, pero Obi-Wan notó cómo se relajó su cuerpo y su mirada gris se aclaró cuando vio a Raina. Obi-Wan supuso que éste era Toma.
—Pensábamos que habías sido derribada —dijo el hombre alto.
—Lo intentaron —dijo Raina—. Perdí mi nave. Pero encontré algunos amigos —les
presentó.Toma le dedicó a Obi-Wan una mirada penetrante.
—Me alegro de conocer a un Jedi.
—Conocía a Garen Muln.
—Sí, nosotros…
Repentinamente la pantalla de mando se iluminó con luces palpitantes. Toma se giró y observó la pantalla.
—El contraataque ha comenzado. El Imperio tiene nuestra flota rodeada. Tenemos que enviar allí a todos los pilotos.
—Estoy lista —dijo Raina—. Todo lo que necesito es otra nave.
Para sorpresa de Obi-Wan, Ferus habló.
—Me gustaría ofrecer mis servicios —dijo—. Me apunto a cualquier oportunidad de golpear al Imperio.
—Podemos usar tu ayuda —dijo Toma—. Raina, ¿puedes encontrarle una nave a
nuestro amigo?—Ferus… —dijo Obi-Wan, pero no supo cómo terminar el pensamiento. No podía
prohibirle a Ferus que fuese. Esa no era su posición. Ferus no era su Pádawan.
Se quedaría aquí. Ésta no era su lucha. Nunca podría olvidar que su deber estaba con Luke y Leia. No podía arriesgarse innecesariamente.—No te apures, Obi-Wan. Sólo haré un poco de daño y regresaré a por ti —dijo Ferus tranquilamente.
—Quiero ir —dijo Trever.
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The last Jedi : Dark Warning
Science FictionObi-Wan Kenobi está en una misión. Junto al ex-aprendiz Jedi Ferus Olin y un muchacho cabeza dura llamado Trever, está intentando mantener el secreto más importante de los Jedi a salvo del inquisitivo Imperio. Con Boba Fett siguiendo su rastro y que...