CAPÍTULO I

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LA MUERTE DE LA EMPERATRIZ

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LA MUERTE DE LA EMPERATRIZ

Jeon Jungkook era un emperador celoso y posesivo, celaba a su pueblo al igual que a su esposa Hye Popelia. Era hermosa, delgada, con rasgos finos y delicados. Educada, amable pero sobretodo generosa.

Popelia amaba a Jungkook con todo su corazón a pesar de saber sus más oscuros secretos como por ejemplo que había asesinado a su propia madre a sangre fría. Por eso se entregó a él en cuerpo y alma, tal acto provocó que la emperatriz llevara en su vientre al heredero del trono. Sin embargo Jungkook no tenía escrúpulos, era odiado por reinos enteros y sus súbditos le temían, más nunca le amaron.

Cierto día el emperador se emborrachó junto a sus fieles soldados, todos estaban rodeados de mujeres desnudas que les bailaban restregándoles tus atributos de mujer en las caras, aquel día Jungkook poseyó a más de diez mujeres distintas y cuando sus deseos fueron saciados decidió regresar al interior del palacio para poseer a su amada esposa.

Tambaleante cruzó cada pasillo insultando a los sirvientes reales y a los imaginarios hasta que llegó a la habitación principal del castillo. Ahí observó con detenimiento a su esposa que llevaba en su vientre a un feto de seis meses de gestación. Sin preguntar pero sobretodo sin aceptar un "No" por respuesta se montó encima de ella tratando de arrancarle el camisón para hacerla suya una vez más. Popelia asustada comenzó a gritarle que se hiciera a un lado, que estaba ebrio, que no deseaba hacer el amor esa noche.

—¿Por qué no quieres? —cuestionó Jungkook completamente desnudo y estando encima de ella.

—Porque estás borracho y además hueles a perfume de otra mujer... —dijo a sabiendas de que el emperador se acostaba con mujeres de la calle que prestaban sus servicios al mejor postor.

—¿Es eso o me engañas? ¡Dime si tienes a otro! ¡¿Quién es?! —gritó enfurecido poniéndose de pie y tomando su espada.

—¡A diferencia tuya, solo tengo ojos para ti mi amado esposo! —gritó indignada al sentarse en la cama.

—¡Entonces, déjame tomarte! —Se acercó a ella sosteniendo la espada, desnudo y con mirada penetrante.

—He dicho que no, mejor ve, date un baño y regresa a dormir.

Jeon Jungkook como dije antes no aceptaba un "no" por respuesta y creía fielmente que sus instintos nunca fallaban, así que sin decir una sola palabra tomó a su esposa por el brazo arrojándola en contra de la pared. Después le dio un par de cachetadas y encajó la espada en su vientre.

—¡Pero qué...! —La emperatriz no pudo mencionar otra palabra, ella comenzó a retorcerse de dolor.

Comenzó a gritar de rabia, de indignación, de tristeza porque sabía a ciencia cierta que el hijo que llevaba en el vientre moriría.

—¡Popelia, mi amor, lo siento! —gritó Jungkook al retirar la espada del abdomen de su amada.

Colocó ambas manos en su vientre tratando de parar la sangre pero le era imposible. Así que sin pensarlo más la tomó en sus brazos y corrió estando todavía desnudo a donde se encontraba el médico real Jung Hoseok. Con premura prepararon todo para salvar la vida de la emperatriz, pero en ese tiempo no existían los conocimientos suficientes de medicina como para salvarla.

Popelia murió.

Lo último que miró fue a Jungkook sostenerle la mano diciéndole que la amaba, que lo perdonara, pero Popelia le guardó rencor en sus últimos momentos de vida porque le había arrancado no solo la vida a ella, sino a su hijo.

El emperador preparó el funeral de su amada. Fue ostentoso, contrató a los mejores cantores para despedirla, obligó a todo el imperio romano a guardar luto durante toda una semana e incluso dio la orden de que quien fuera visto riendo o escuchando música durante la semana de luto fuera ejecutado al instante.

Después cayó en depresión, intentó suicidarse en dos ocasiones, pero los eunucos y consejeros reales lo salvaron de morir.

Día con día le aconsejaban para que la sonrisa en su rostro regresara, así pasaron tres meses hasta que el emperador volvió a intentarlo.

De poco en poco volvió a salir a la vía pública, volvió a sentarse en el trono y a escuchar al pueblo hacer sus peticiones. Pero su corazón seguía consumido por la tristeza.

Un año después de la muerte de Popelia el emperador decidió buscar una nueva esposa, pero ninguna mujer igualaba la belleza de la antigua emperatriz. Frustrado dejó de lado la búsqueda concentrándose en sus ataques de guerra para tomar más territorio para los romanos.

Jungkook se había dado por vencido, quedaría soltero de por vida. Sin embargo un día viajó a las costas para comprobar que los barcos estuvieran bien equipados ya que algunos navegantes aseguraban que existían piratas que anhelaban invadir Roma y saquear los tesoros de la hermosa ciudad. Ojalá que el emperador se hubiera quedado en casa aquel día, de esa manera no me hubiera conocido.

UNA ESPOSA PARA EL EMPERADOR||  kookmin/ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora