CAPÍTULO VII

1.1K 160 27
                                    

LA EJECUCIÓN DE JEON

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

LA EJECUCIÓN DE JEON

Me desperté temprano aquella mañana, tomé un vestido negro del guardarropa, me hice una coleta sencilla y coloqué un poquito te maquillaje en las mejillas para que se vieran más rosas. Salí del palacio tomando el brazo del rey Kim Namjoon, juntos nos dirigimos a la explanada principal de Roma en donde se llevaban a cabo las ejecuciones, todo el pueblo romano estaba presente, en el centro del lugar estaba Jungkook arrodillado y custodiado por soldados franceses. Todos me veían avanzar junto al rey de paris hacia él. Cuando estuve cara a cara con el hombre que arruinó mi vida un soldado me entregó una espada, la tomé con manos temblorosas, luego Namjoon me hizo una señal con la mano para que me quedara quieta porque él iba a hablar primero.

—¡Hoy presenciamos un suceso que quedará grabado en la historia! —Todos estaban callados, nadie se atrevía a emitir sonido alguno— ¡La emperatriz será quien ejecute a Jeon Jungkook con sus propias manos para tomar venganza de los maltratos que recibió durante años!

>>¡Ademas de eso, tomará venganza por todas las vidas que el emperador lastimó durante su reinado! ¡Le guardaremos luto al emperador un día porque mañana desposaré a la emperatriz y haré una gran boda en este patio y están todos invitados!

<<¿Mañana?>>, me pregunté, ¿tan pronto voy a ser ejecutado por el rey de parís? No creo que me de una segunda oportunidad cuando se entere de que soy varón.

—¡Adelante, my lady!

—Bien. —Tomé la espada con fuerza, si no iba a poder salvarme al día siguiente por lo menos terminaría con la vida de Jungkook de una buena vez. Él no merecía seguir respirando.

—Cuando Namjoon se entere de la verdad estarás muerto —masculló Jungkook entre dientes y apretando los puños.

Me acerqué a él, para ser preciso a su oído para susurrarle lo siguiente:

—Puede ser que mañana deje de respirar mi cuerpo, pero mi alma murió hace mucho tiempo; tú me mataste. —Al decir eso di un paso hacia atrás sosteniendo la punta de la espada en el pecho de Jungkook— Creo que es momento de que digas tus últimas palabras.

—No sabía que te estaba haciendo daño —dijo mirándome a los ojos sin dejar de sonreír.

—Estás demente.

Tomé un respiro, recordé la última vez que miré a mis padres, recordé la última vez que utilice ropa de varón y recordé la última vez que sonreí de felicidad genuina. Todo eso fue antes de conocer a Jungkook. Recordé el día que me arrancaron mi masculinidad por la fuerza y cada noche en la que el hombre frente a mí me poseyó contra mi voluntad.

—Y próximamente muerto —añadí.

—Habías dicho que no eras capaz de asesinar una mosca.

Cuando dijo eso le encajé la espada con lentitud en el pecho, de su boca comenzó a emerger sangre escarlata, mis dedos comenzaron a temblar, di un paso hacia atrás pero el rey Namjoon sostuvo mis manos con las suyas ayudándome a sostener el mango de la espada y juntos terminados de introducirla en el pecho de Jungkook atravesando su cuerpo por completo.

—Pero tú no eres una mosca, tú eres un monstruo.

Esas fueron las últimas palabras que Jungkook escuchó porque momentos después murió.

El pueblo entero comenzó a celebrar la muerte del tirano, Namjoon me abrazó, era reconfortante tenerlo de mi lado aunque eso tenía fecha de caducidad porque más temprano que tarde se enteraría acerca de mi secreto. Kim Seokjin me veía con recelo a lo lejos, yo buscaba con la mirada a Jung Hoseok esperando que no estuviera muerto para que me ayudara a escapar. Pero no lo encontré, lo más probable era que hubiera perdido la vida en medio de la guerra.

En ese momento me encontraba solo en el mundo y era cuestión de tiempo para que el rey se enterara acerca del engaño.

Luego de que se llevaran el cuerpo de Jungkook ingrese al palacio, ahí en el interior Seokjin me interceptó arrastrándome a una de las habitaciones para huéspedes. Estando los dos solos comenzó a rasgar mi vestido para ver qué había detrás.

—¡Por favor, detente! —gritaba aterrorizado.

—Solo quiero averiguar que seas una... —Contuvo la respiración cuando finalmente vio mi cuerpo desnudo— ¡Yo tenía razón, mi hermano tiene que ver esto! —gritó emocionado.

Comencé a llorar cuando el príncipe asomó la cabeza por la puerta haciendo un gran escándalo para llamar a Namjoon.

Moriría ese día y mi peor miedo era encontrarme con Jungkook en el más allá.

—¡Namjoonaah! ¡Ven, rápido, rápido!

Escuché unos pasos aproximarse y cuando Kim Namjoon me miró desnudo me quedé quieto. Estaba vulnerable, humillado, avergonzado pero nada podía ser peor para mí.

—Eres hombre —dijo Namjoon con desprecio en la voz— ¡Y lo peor de todo es que anuncie por todo el reino que mañana nos casaríamos! ¡Me engañaste!

—¡No fue mi intención, yo solo quería vivir! —chillé.

—Pudiste haber dicho la verdad pero preferiste engañar a mi hermanito —dijo Seokjin tal cual víbora cizañosa.

—Lo lamento... —murmuré.

—¡No te quiero ver! —gritó Namjoon– Que lo lleven al calabozo.

—¿No es mejor ejecutarlo de una vez? —cuestionó Seokjin.

—No. Creo que es un mayor castigo vivir sin hombría.

Creo yo, en mi interior que Namjoon quiso ser amable conmigo pero no sabía cómo externarlo. Sin embargo Seokjin me arrastró por los cabellos al balcón del castillo mostrándole a todos mi cuerpo desnudo para que confirmaran con sus propios ojos que no era mujer.

—¡Los rumores eran ciertos, damas y caballeros! —gritó humillándome todavía más de lo que ya estaba.

Luego de eso me arrastró en medio de golpes, insultos y maltratos a los calabozos dejándome completamente desnudo y sin alimento durante días enteros.

Estar sediento, con frío y desnudo me hizo pensar que el rey Namjoon realmente decía en serio sus palabras pero no quería aceptar que nadie se preocupara por mí.

UNA ESPOSA PARA EL EMPERADOR||  kookmin/ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora