CAPÍTULO VIII

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EL PRÍNCIPE DE EGIPTO

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EL PRÍNCIPE DE EGIPTO

No tengo idea de cuantos días, meses u años llevaba encerrado en el calabozo pero de pronto miré la luz al final del túnel. Se trataba de Jung Hoseok, él vestía una túnica blanca y pulcra. Abrió la puerta del calabozo envolviendo mi cuerpo desnudo con una manta, estar junto a él me hizo sentir en paz por primera vez luego de mucho tiempo. Comencé a escuchar voces cantar a lo lejos acompañadas de una hermosa melodía. ¿Había muerto? ¿O por qué sentía esa extraña sensación de llegar al paraíso?

—No estás muerto, Jimin... —me dijo Hoseok, al parecer pensé en voz alta sin darme cuenta— Mira que delgado estás, sufriste mucho pero ya todo terminó.

—¿El rey de parís me ha liberado? —Hoseok negó con la cabeza— ¿Entonces, por qué me estás sacando de los calabozos?

—¿Sabías que soy el hijo menor de una familia importante? —preguntó mientras subíamos las escaleras que guiaban de los calabozos al palacio.

—Solo sé que eres médico y el ángel que me ha ayudado a sobrevivir... Creí que habías muerto en la guerra.

—No morí, aquel día escapé del emperador. —Me apretó con fuerza el hombro— Me hubiera gustado llevarte conmigo, pero no te encontré.

—Yo terminé con la vida de Jeon, yo... Lo maté frente a todo el imperio romano.

—Lo sé, la noticia recorrió los reinos enteros.

Finalmente llegamos a la puerta que conectaba los calabozos con el palacio, antes de abrirla Hoseok me miró a los ojos. Él era el hermano mayor que nunca tuve; mi amigo.

—Logré escapar y viajé a mi lugar de origen... Jimin, los padres de Jungkook me secuestraron cuando era adolescente. Ellos me trajeron a Roma para que con los conocimientos egipcios me dedicara a sanar a la realeza.

—Oh... Eres egipcio, tu acento parece romano.

—No soy cualquier egipcio.

—¿Ah no? —pregunté en un hilo de voz.

—Soy el hijo tercero de la faraona Cleopatra.

—Cleopatra... Creo haber escuchado acerca de ella.

Yo escuchaba la voz de Hoseok cada vez más lejos, pero pude comprender que era un príncipe egipcio que al igual que yo fue secuestrado por el imperio romano.

—Jimin, no te desmayes. Ya casi llegamos al hospital.

—¿Eres un príncipe?

UNA ESPOSA PARA EL EMPERADOR||  kookmin/ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora