EL FARAÓN DE EGIPTO
Ver las pirámides de Egipto de cerca era algo magistral, cientos de hombres trabajaban bajo el sol vistiendo shentis mucho más sencillos que el que llevábamos puestos Hoseok y yo. Tan solo respirar el aire se sentía como estar en otro mundo, un mundo de arena, momias egipcios y oro ya que todos llevaban en sus orejas pendientes de ese material. Claro que los más adinerados no escatimaban con las joyas en su vestimenta.
Nos bajamos frente a la pirámide más grande de todas, ahí justo en la entrada había un enorme trono elaborado con madera, en el centro se encontraba el Faraón usando una pieza de rayas llamada Nemes que cubría toda la coronilla y la parte posterior de la cabeza y la nuca, además tenía dos grandes aletas que colgaban detrás de las orejas y delante de ambos hombros. Era un símbolo de poder y autoridad. El Faraón tenía una mirada dominante que te provocaba seguridad pero al mismo tiempo inquietud pues se notaba a leguas que tenía un carácter difícil de manejar, sin embargo mis especulaciones se cayeron al piso cuando sonrió de oreja a oreja cuando nos miró bajarnos del carruaje. Sus ojos color café centellearon al mismo tiempo que se ponía de pie bajando del trono e indicándole a las mujeres que lo abanicaban que se detuvieran. Se acercó a Hoseok abrazándolo con efusividad, después extendió su mano hacia mí estrechándola en un saludo caluroso.
—As-salaam Alaikum —saludó en egipcio, no entendí ni una sola palabra.
Sin embargo mis años como emperatriz de Roma aprendí que a los egipcios había que saludarlos colocando la mano en el corazón y realizar una leve reverencia. Y así lo hice.
—Él dijo: La Paz sea contigo —Tradujo Hoseok— Tú debes de contestar; Alaikum Assalam.
—Alaikum Assalam —contesté nervioso.
—¡Oh no te preocupes! ¿Jimin, verdad? —Sonreí al entender sus palabras.
—Sí...
—Soy Taehyung, medio hermano de Hoseok. Me habló mucho acerca de ti. —Colocó su mano en mi hombro— Siéntete en tu casa.
—Le agradezco, señor.
El Faraón comenzó a toser luego de eso, una de las bellas damas que lo abanicaban corrió hacia él para entregarle un pañuelo blanco para que se cubriera los labios.
—Creo que. —carraspeó la garganta— Te mostraré el lugar, Hoseok trae a nuestro hermano para que se conozcan.
—De acuerdo.
Caminar junto al faraón me causaba emoción, las tierras egipcias eran áridas, pero hermosas. Y los súbditos parecían amarlo, a pesar de su fachada imponente parecía ser un hombre de buen corazón.
—Comeremos en la mesa de oro —dijo mostrándole el palacio real que estaba elaborado con piedra.
—Mi señor, agradezco la amabilidad con la que estoy siendo recibido.
—Mi hermano me contó tu historia, ha sido lamentable todo por lo que haz tenido que pasar. Tendrás una vida difícil a causa de ello pero aún así tengo la corazonada de que encontrarás la felicidad.
—Espero que sus palabras se conviertan en realidad, señor.
—Llámame Taehyung, seamos amigos.
Asentí. Luego entramos al palacio, era tan hermoso e incluso parecía mágico. El Faraón se sentó en la silla principal del comedor y me invitó para que me sentara a su lado, luego charlamos hasta que el sol se ocultó. En ese instante la servidumbre encendió velas y estelas egipcias para alumbrar el lugar.
—Tendrás que ponerte la marca familiar en el brazo para que la servidumbre te reconozca. —Suspiró— Tal vez no estaré presente para el día en el que te conviertas en anciano pero te aseguro que vivirás en plenitud e incluso tendrás una enorme casa propia.
—¿Por qué no estará presente? Digo, no se ve tan mayor.
—Estoy enfermo —dijo para después tomar agua—. Todos lo saben, no es un secreto que pronto dejaré este mundo.
—Pero es tan joven, debería existir una cura...
—No la hay, ya invoqué a todos los dioses existentes y nadie ha logrado darme la sanación.
—Lo lamento mucho, usted y Hoseok han sido las únicas personas amables conmigo desde hace mucho tiempo. —Bajé la mirada— Al parecer todo aquel que es amable conmigo de alguna u otra manera termina...
—¿Muriendo? —preguntó Taehyung.
—Sí... —contesté jugando con mis dedos debajo de la mesa.
—¿Entonces si ordeno que te decapiten en este instante o si decido comenzar a torturarte no voy a morir? —Alzó las cejas y luego se echó a reír—. Eso no tiene sentido, simplemente sucede para darnos una lección de vida.
—¿Lección de vida?
—Sí, en mi caso tengo todo lo que puedo desear. Un reino, una familia riquezas por montones y poder. Puedo comprar cualquier cosa, menciona lo que sea; lo puedo comprar.
>>Lo único que no puedo comprar es mi propia vida, mi salud. Esa es mi lección de vida... Estoy aprendiendo que incluso un Faraón poderoso como yo anhela algo, que los humanos nunca estamos satisfechos.
>>Pero aprendí a vivir el resto de mis días siendo alegre, feliz, ayudando a los míos; a mis hermanos. Es por eso que accedí para que Hoseok y mis soldados te fueran a rescatar de los franceses.
>>Porque a decir verdad no tengo nada que perder porque perdí mi vida. Tú por otra parte sigues teniendo vitalidad y es por eso que a pesar de las heridas y cicatrices que llevas tienes que seguir adelante.
>>Porque la vida sigue, y mientras la vida sigue hay esperanza.
—No sé qué decir, yo me siento avergonzado ahora.
—No deberías, tú sufriste pero vivirás muchos años, yo no sufrí pero mi vida será corta. —Encorvó los hombros.
—Nuestro hermano no quiso venir, dice que no quiere verte —dijo Hoseok al llegar al palacio.
—Ese bastardo... —Miré al par de hermanos intentando averiguar qué era lo que pasaba.
—Mi hermano, el siguiente en la línea familiar va a heredar el trono pero no quiere verme porque sabe que voy a darle indicaciones que deberá seguir al pie de la letra cuando parta de este mundo. —Me dijo Taehyung.
—¿Cuánto tiempo le queda, señor? —pregunté y Taehyung endureció la mirada.
—Te dije que me dijeras Taehyung. —Luego volvió a sonreír— Me queda poco tiempo, tal vez no lograré ver el invierno.
Eso era realmente muy poco tiempo, el faraón de Egipto parecía ser una buena persona. No logro entender porqué las buenas personas siempre terminan sufriendo de alguna u otra manera en esta vida.
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UNA ESPOSA PARA EL EMPERADOR|| kookmin/ yoonmin
FanfictionJeon Jungkook, emperador de Roma pierde a su esposa en un arranque de ira. Desconsolado busca un reemplazo sin lograrlo hasta que encuentra a un joven apuesto llamado Park Jimin. La locura del emperador provoca que haga cosas impensables convirtiend...