CAPÍTULO IV

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LA NUEVA EMPERATRIZ

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LA NUEVA EMPERATRIZ

Me recuperé luego de dos largos meses porque la extirpación se complicó ya que me moví demasiado en el proceso. Mi cabello ya estaba más largo, me llegaba arriba de los hombros, a mitad de mi cuello, aún así no era lo suficientemente largo. Así que me colocaron una peluca de cabello castaño en la cabeza, recuerdo el día que salí a la vía pública con el emperador por primera vez, llevaba una Lucila, era un vestido compuesto con una túnica detenida en el hombro por dos medallones de oro. Su color era blanco y la túnica era rojo escarlata. Caminé con Jungkook por el jardín del palacio ante la vista de todos y a plena luz del día.

—Eres bellísima —dijo Jungkook colocando su mano en mi cintura.

—Me preparé así para ti, que bueno es saber que te gusto —contesté.

Es que en mi cabeza sentía la necesidad de complacer al emperador para subsistir. Si me sometí a ese cruel procedimiento, si perdí mi identidad, si perdí mi esencia por lo menos me mantendría respirando y disfrutando los lujos que pudiera obtener siendo la emperatriz.

—Según el médico todavía no puedo hacerte mía, pero lo haremos cuando te recuperes para evitar tragedias. Añoro que llegue ese día. ¿Y tú?

<<La verdad desearía que mueras antes de acostarme contigo otra vez>>, pensé mientras sostenía una falsa sonrisa en los labios.

—Yo también —Mentí con todos los dientes— Me encantaría sentir tu piel desnuda tocar la mía.

—No digas esas cosas, amor mío. Qué vas a provocar que no siga las indicaciones del médico.

—Entonces cierro la boca, la herida todavía duele y no quisiera que me causes algún tipo de desgarre.

—Lamento mucho por todo lo que haz pasado, si me permites voy a compensarte —dijo entrelazando su mano con la mía.

¿De verdad quería compensarme? ¿De verdad Jeon Jungkook era así de amable?

—Por supuesto, mi señor. Ustede puede hacer lo que quiera, después de todo como dijo antes; es el emperador.

—Lo sé. —Sonrió de oreja a oreja—Pídeme lo que quieras, te será concedido.

—Quiero ver a mis padres —dije repentinamente.

En verdad los extrañaba, ya llevaba dos meses sin verlos y quería saber cómo les estaba yendo con la pesca.

—Me temo que no podrás hacerlo, ellos conocen a su hijo varón y tú eres: Mi emperatriz.

UNA ESPOSA PARA EL EMPERADOR||  kookmin/ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora