|Sueños|

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-¡Ya te dije! ¡NO QUIERO HIJOS! Y tu... ¡ME DISTE UNO!- dijo Paimon gritándole a su esposa.

-Pero es nuestro hijo- dijo la reina Octavia a su esposo con lágrimas en sus ojos. 

-Ese NUNCA será mi hijo- dijo mirándola de reojo.

-¡No le digas así! Nuestro hijo apenas está de meses de haber nacido. Necesita el amor de su padre... te necesita Paimon- dijo la reina tratando de agarrarle la mano a Paimon, pero esta fue regresada por su esposo -¡Stolas necesita a su padre!- dijo gritándole. Paimon se gira furioso ante ella.

-¡AHORA SI ME VAS A CONOCER!- dijo Paimon mientras se acercaba a su esposa para tirarla al piso y patearla. 

Paimon comenzó a patear a su esposa, para después sacar su cinturón y comenzar a pegarle con este. -¡DÉJAME!- gritaba la reina Octavia mientras lloraba. Su esposo solo la siguió golpeado saliendo a la luz las primeras muestras de sangre. La reina Octavia pateaba y luchaba por su vida.

De repente la puerta de la habitación se abrió. Era un pequeño bebé búho que gateaba feliz hacia sus padres.-¡Agh! Ya llegó el estúpido- dijo Paimon girándose para colocarse su cinturón mientras los miraba de reojo. 

-¡Stolas! Mi amor ¡Ya gateas!- dijo la reina Octavia con una sonrisa mientras se levantaba con dificultad para agarrar a su hijo de meses en brazos. Paimon al ver la escena solo se fue. 

Luego a la habitación llegó un empleado, era un imp que trabajaba ahí. -¡Perdón! Le estaba haciéndo el biberón al príncipe, pero no sabía que ya gateaba- dijo el empleado cabizbajo. La reina le dio una cálida sonrisa. 

-No te preocupes Alfred, además, yo no sabía que también caminaba- dijo emocionada mientras le hacía mimos a su hijo.

Luego esta emoción se desvaneció rápidamente. La reina miró a su hijo, y luego lo miró al joven sirviente. -¿Te puedo pedir un favor Alfred?- dijo la reina sin dejar de ver a su pequeño hijo.

-Si majestad- dijo Alfred inclinándose ante la reina.

-Verás, me comprometieron, pero legalmente. Paimon, no quería eso, ni a nuestro hijo. Nos iremos de luna de miel, pero no creo que regrese- dijo abrazando a su hijo. 

Alfred la miró con duda. -¿Y que tiene que ver eso conmigo?- preguntó él.

-Eres mi mayordomo desde que tengo memoria y eres alguien de confiar. Quiero que cuides a mi hijo, ya que su padre no lo hará- dijo sonriéndole con lágrimas mientras le acariciaba las manos a su bebé. 

-Majestad, me siento honrado. Pero, no creo poder cumplir con aquella tarea tan importante- dijo el empleado cabizbajo. 

-Sé que lo harías genial. Me cuidaste a mi, ahora, quiero que lo cuides a él como si fuese tu propio hijo- dijo la reina Octavia mientras más lágrimas salían y le entregaba a su hijo con sus manos temblando. 

Alfred lo aceptó y Stolas rápidamente se durmió en sus brazos. -Cuida y protege de él. Le gustan los cuentos antes de dormir, cántale alguna canción y dile lo mucho que lo quería- dijo mientras su voz se quebraba. 

Alfred algo triste miró a la reina y luego miró al bebé. -Confié en mi. No la decepcionaré- dijo serio mientras le daba una sonrisa a la reina Octavia.

-¡OCTAVIA! ¡YA VÁMONOS!- gritó Paimon desde abajo. 

-Bueno... creo que es hora de irme- dijo mientras se acercaba a su hijo. -Te amo Stolas- dijo su madre mientras le daba un beso a su bebé en la frente. 

-Cuídese... por favor- dijo Alfred cabizbajo.

Octavia caminó hacia la puerta y sonrió. -¡Larga vida al príncipe Stolas Ars Goethia!- dijo en el marco de la puerta mientras le hacía una reverencia a su hijo. 

Just Look My Way |Stolitz|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora