-¿Qué debo hacer para que me mires Blitzy? ¿Cuántas veces he sido rechazado por ti? y aún sigo esperándote...-
Solo Mírame~
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¿Quién pensaría que su vida se llenaría de tantos problemas?
Pero una cosa es segura...
El tiempo... será su may...
Después de una inesperada noticia, un regreso no programado y una lesión en sus manos... Stolas se encontraba entrenando. Tal vez no físicamente, pero si mentalmente.
El príncipe se encontraba en el balcón de su habitación, en un mueble, cruzado de rodillas mientras meditaba, hace mucho tiempo que no lo hacía. Necesitaba paz en su mente y cuerpo y eso siempre lo relajaba.
El viento soplaba en su cara. La brisa lo abrigaba. Sus ojos estaban completamente cerrados sintiendo y oyendo cada detalle del mundo que lo rodeaba, y escuchó uno en particular. -Hola Blitzy- dijo Stolas sonriendo con los ojos cerradas manteniendo su pose de meditación.
-Oh... mierda. Perdón no quería interrumpirte. Solo venía por mi chaleco ya que I.M.P. está de regreso. Tenemos 50 clientes para hoy- dijo Blitz a lo lejos para agarrar su chaleco, colocárselo y acercarse a Stolas para depositar un beso en su mejilla.
-Te amo- dijo Blitz para separarse.
-¿Ya te vas?- preguntó Stolas.
-Es bueno comenzar desde la mañana para terminar en la tarde. Tal vez la noche- dijo Blitz a lo lejos ya en la puerta.
-Ve con cuidado... ¡Te amo!- dijo Stolas con una sonrisa mientras veía que Blitz le hacía seña de despedida. Así el imp se fue a su trabajo dejando a Stolas solo.
Loona, Moxxie y Millie irían con Blitz, ya que todos ellos son de I.M.P., y Octavia se encontraba cuidando a Belia, la hija de Millie y Moxxie. Estaba completamente solo. Decidió quedarse en su posición inicial, y así lo hizo meditando unos 15 minutos más. Podía sentir como sus sangre recorría sus venas. Como sus latidos sonaban, como los sonidos de la naturaleza rondaban.
Después de un buen rato meditando, Stolas decidió finalizar con aquella meditación, abriendo los ojos. Vio todo normalmente y se levantó con una sonrisa ya que sus habilidades nuevamente habían vuelto después de mucho tiempo.
-Paz y tranquilidad- susurró Stolas para sí mismo mientras ingresaba a su habitación.
Se vio por aquel espejo en el que varias veces se despreció físicamente y le sonrió. Fue hacia el baño y decidió lavar su rostro. Abrió un cajón y la paz volvía de nuevo, ya que en aquellos cajones se encontraban sus pastillas antidepresivas, pistolas, licor, pero estas ya no estaban.
Así se lavó la cara y empezó a preparar su tina. Le colocó mucho jabón para que hiciera muchas burbujas y velas aromatizadas. Se deprendió de sus prendas y se metió a la bañera.
Se sumergió dejando la cabeza afuera. Sentía como el agua tibia refrescaba y calentaba su cuerpo. La paz nuevamente estaba presente. Y no faltaron las risas, ya que espuma empezó a salir a causa del jabón que el mismo echó.
Jugaba y reventaba cada burbuja que salía de la bañera, se sentía como un niño nuevamente. Colocó su cabeza en el filo de la tina y empezó a imaginar a Blitz junto a él sin ropa, imaginándose que le daba masajes, que se masturbaban al otro, mientras se excitaba poco a poco.
-Mi vida al fin es perfecta. Dinero, esposo cariñoso, familia unida, paz y tranquilidad- dijo con una sonrisa mientras miraba al techo.
Después de casi media hora. Stolas salió de la bañera. Se secó y se colocó su típica bata. Fue hacia su armario y se colocó una ropa un tanto formal pero fresca. Así decidió sentarse y firmar papeles, para después escribir un diario.
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