🌹 ; 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊.

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La noche cayó sobre Bukchon, joven y gélida. Las calles de la aldea estaban envueltas en una oscuridad serena con la luna brillando en lo alto, lanzando su suave resplandor sobre los tejados de las pequeñas casas.

Para Félix, quién contemplaba el cielo nocturno a través de su ventana, esa noche parecía tener algo especial, algo que sería inolvidable.

Tras escuchar que su padre había abandonado el templo para hacer una nueva ronda de vigilancia junto a la tropa, Félix decidió arriesgarse una vez más al salir del lugar por la puerta trasera y visitar el bosque.

Después de su ida a la aldea, algo dentro de él no lo dejaba tranquilo. Su corazón latía fuertemente y las ansias por ver aquel par de ojos esmeraldas lo estaban consumiendo por dentro. Preguntándose si su sentir era normal al pensar en el príncipe Hwang, Félix abandonó los sagrados terrenos del templo para adentrarse hacia la sombría naturaleza.

Fue cuidadoso al dirigirse hacia el pequeño río en el que se habían encontrado antes y, conforme se acercaba más, el sonido del agua fluyendo suavemente llegó a sus oídos en una melodía que llenaba de sosiego su alma, al mismo tiempo que el frío viento acariciaba sus mejillas, enviando ligeros escalofríos por todo su cuerpo.

Decidió tomar asiento en el mismo sitio, ansioso por encontrar de nuevo al príncipe de los chupasangres. Sus ojos comenzaron a pasearse por todo su alrededor, buscando indicios de la pronta aparición de Hwang Hyunjin.

Mientras aguardaba por él, se vio envuelto por los recuerdos de aquella primera noche en donde sus caminos se cruzaron. La forma en la que había sido seducido, de alguna manera, por ese pálido pelinegro fue una clara prueba de cuán sensible podía llegar a ser su cuerpo por la reacción inmediata que tuvo.

Pensar en ello lo hizo sentir avergonzado una vez más y el calor no tardó en hacerse presente en sus mejillas. Pero aquel par de labios rozando la piel de su cuello sería una sensación difícil de olvidar y, a pesar de ser delgado, Hwang Hyunjin poseía una fuerza sobrehumana, capaz de hacerlo sentir protegido entre sus brazos.

Los radiantes ojos del príncipe los llevaba grabados en la mente y ahora comprendía la razón. Los anhelos de su corazón comenzaron a repetir su nombre una y otra.

Sin embargo, mientras el tiempo continuaba transcurriendo, parecía que Hwang Hyunjin no tenía intenciones de encontrarlo esa noche.

Con una mirada cargada de nostalgia hacia la luna, Félix se puso de pie, permitiéndose sentir la tranquilidad que, extrañamente, le regalaba ese sombrío lugar; una tranquilidad en la que sus esperanzas comenzaban a ser nulas.

Echando un último vistazo a su alrededor, decidió abandonar el bosque para regresar al templo. Pero en ese preciso momento, un graznido se hizo escuchar en la lejanía, haciendo que Félix detuviera sus pasos de inmediato.

—Te he encontrado, ángel —la voz de Hwang Hyunjin llegó a sus oídos en una dulce caricia y en ese momento pudo sentir cómo su corazón deseaba abandonar su pecho.

Félix se dio la media vuelta para quedar de frente al príncipe que se había adueñado de sus pensamientos desde el primer instante en que sus miradas se cruzaron.

—Estás aquí, príncipe Hwang —respondió con una amplia sonrisa, siendo bien correspondida por el más alto en reflejo de lo encantado que se sentía al ver de nuevo a su incrédulo y problemático ángel.

La ternura e inocencia en ese pecoso rostro mantenían a Hyunjin completamente embelesado, detallando cada una de sus delicadas facciones, y de serle posible, era capaz de contar todas y cada una de las estrellas que hacían de sus sonrojadas mejillas un bello e inmenso universo.

BISSED • Hyunlix [ Libro #1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora