🌹 ; 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖊.

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Ajustando la capucha de su capa negra, Yang Jeongin se apresuró en abandonar la comodidad que le brindaba el majestuoso árbol en el que se encontraba para adentrarse a la profundidad del bosque, donde fue recibido por la tenuidad de las sombras.

Sumergido en el silencio, la mente de Jeongin vagó por sus propios pensamientos ya que, la reciente conversación que había escuchado entre Lee Félix y su castaño amigo, pudieron confirmarle que Hwang Hyori estaba en lo correcto en cuanto al lazo familiar del rubio; lo que podía significar que los planes de la reina marcharían como estaba predicho.

Al principio, estaba convencido de que era un excelente plan, pero una extraña inquietud se apoderó de él luego de preguntarse si el príncipe Hyunjin realmente sería capaz de acabar con la vida de ese mortal cuando descubriera quién era realmente.

Decidió ignorar aquella duda para poder enfocarse en obtener más pruebas y que su alteza quedara convencido en cometer aquel atroz acto antes del regreso de la reina.

Ajeno completamente a su entorno, el pelinegro continuó su camino entre los árboles con pasos ligeros y, en ese momento, el crujido de unas ramas fue suficiente para que sus sentidos se alertaran.

Pero fue demasiado tarde; antes de que pudiera reaccionar, fue tomado con fuerza de los hombros y su espalda se impactó contra la firme corteza de un enorme árbol.

Sus azulados ojos terminaron encontrándose con la dorada mirada de Seo Changbin que parecía estar en búsqueda de respuestas. Sin embargo, Jeongin no mostró algún tipo de sorpresa o miedo ante su presencia.

—¿Qué carajos has hecho? —cuestionó el licántropo en cuanto lo tuvo acorralado.

—¿Así es como saludas a un amigo? —inquirió el pálido pelinegro con evidente sarcasmo.

—Tú y yo no somos amigos, escuálido chupasangre.

Jeongin se cruzó de brazos y chistó, restándole cualquier tipo de importancia a la razón por la que Changbin se encontrara en las tierras del clan.

—Entonces no entiendo qué haces aquí, desaliñada bola de pelos.

—¿No es obvio? —preguntó, tratando de no perder la paciencia—. Me he arriesgado a venir por lo que ha ocurrido la última vez.

—Ah, así que es por eso —burló Jeongin y se puso todavía más cómodo sobre la corteza del árbol.

—Esta mañana vi alteraciones en mis poderes y estoy seguro de que ha sido por tu culpa. Después de esa noche en la que usaste tu sangre conmigo...

—Oh, por favor, si tu naturaleza no es capaz de manejar un poco de mi sangre, entonces deberías replantearte tus habilidades como licántropo, ¿no crees?

—No juegues conmigo, mocoso —dijo Changbin, apretando los dientes en un intento por no perder los estribos—. Algo ha estado cambiando en mí y sé que tú tienes la respuesta.

—Aunque así fuera, no tengo ninguna obligación de explicarte nada —la risa burlona de Jeongin resonó entre los árboles, cortando como una daga la paciencia del licántropo.

Changbin bajó la mirada solo para tratar de calmar la ira que comenzaba a apoderarse de él. Respiró profundo y soltó todo el aire lentamente porque no podía permitirse perder el control.

—Escucha... —volvió a decir, apartándose del pálido pelinegro y frotó ligeramente su frente—, sé que todo esto estará fuera de mis manos. Te advertí que no usaras tu sangre, pero tú...

—Yo no estaba consciente de lo que hacía —atajó inmediatamente Jeongin, cambiando su semblante burlón a uno más serio—. Mis poderes bloquean por completo mi mente...

BISSED • Hyunlix [ Libro #1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora