🌹 ; 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖖𝖚𝖎𝖓𝖈𝖊.

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Merodeando entre las densas sombras del bosque, Hyunjin se encontraba maldiciendo para sus adentros el que le haya sido arruinada la noche. La oportunidad de pasar el tiempo con Félix, se lo había arrebatado de las manos aquel mortal que amenazaba con salir de ese lugar maldito.

Noir, que volaba cerca de él, se mantenía al tanto del entorno, escudriñando con sus ojos rojos cada rincón del bosque que estuviese a su alcance. Más que ser un mensajero, se encargaba de ser un protector para el príncipe de los Coventy. Si alguien se acercaba queriendo hacerle daño, no dudaría en lanzarse hacia la posible amenaza para acabar con ella.

Mientras Hyunjin caminaba sumergido en sus propios pensamientos, el cercano crujido de unas ramas lo hicieron detenerse de golpe y agudizó todos sus sentidos para saber de dónde había provenido. Entornando sus ojos esmeraldas en la oscuridad, el pálido pelinegro observó todo a su alrededor con diligencia y terminó alzando la mirada hacia la gruesa rama de un árbol.

—Maldita sea, Lee Minho —masculló el príncipe entre dientes.

El pelirrojo lo observaba desde las alturas con un par de delgadas ramas en mano. Las comisuras de sus labios se elevaron en una sonrisa burlona y no pudo evitar echarse a reír. Lanzó los pedazos de rama cerca de su mejor amigo y dejó sus piernas al aire, meciéndolas de atrás hacia delante.

—¿Crees que es divertido? —preguntó el pelinegro, viendo cómo su mejor amigo se burlaba en su cara. Con los brazos en jarra, cerró los ojos y negó.

—Debiste ver tu cara —pronunció el pelirrojo entre risas—. ¿Temías que se tratara de un mortal?

Con un ágil movimiento, Minho se dejó caer aterrizando con las piernas flexionadas para amortiguar el impacto sobre el firme suelo. Luego de incorporarse, dio un par de pasos hacia Hyunjin.

—A excepción de Lee Félix, no se atreven a entrar al bosque, ¿por qué pensaría algo como tal?

—Creí que sabrías mejor que nadie que los humanos comenzaron de nuevo con la vigilancia en los alrededores —dijo, fijando sus ojos en los contrarios.

Hyunjin, al escuchar aquello, frunció el ceño y observó a su mejor amigo con detenimiento.

—¿Comenzaron otra vez con sus estúpidos juegos de cacería? —burló el pelinegro, pero al cabo de unos segundos, la pequeña sonrisa que se había dibujado en sus labios, desapareció—. Creí que estabas en el palacio, ¿continúas siguiendo a Yang Jeongin? —indagó el príncipe—. Espero que me tengas buenas noticias.

—Ese maldito bastardo es demasiado escurridizo —respondió Minho, apretando los dientes por la irritación—. He sabido por Nuit que estuvo en la librería esta mañana, así que no pude evitar ir y quedarme ahí, esperando a ver si se le ocurría regresar.

—Es peligroso que hagas eso, alguien te puede descubrir —advirtió Hyunjin, con un firme tono de voz—. No puedes visitar la aldea, mucho menos si es de día y pasear en ella como si no fuese a ocurrir nada.

—He sido muy cauteloso, pero odio no contar con los poderes de ese mocoso para que los mortales no sospechen nada.

—Te he dicho millones de veces que no es seguro estar tan cerca de ese lugar —reprendió el pelinegro, dándole un ligero empujón a su mejor amigo—. Eres un necio, Lee Minho.

—Pero, ¿sabes qué fue lo mejor de haber esperado a Yang Jeongin en la librería? —preguntó, ignorando el comentario de Hyunjin y una sonrisa cargada de nostalgia apareció en sus labios—. Que me reconoció al verme y no sabes cuán feliz me hizo sentir sus brazos rodeándome, permitiendo que la calidez en mi piel fuera capaz de renacer junto a los pocos recuerdos de mi vida como mortal.

BISSED • Hyunlix [ Libro #1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora