BISSED • Hyunlix [ Libro #1 ]

🌹 ; 𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖈𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔.

En medio de la noche, el bosque comenzó a ser cubierto por una densa capa de niebla. El gélido viento meneaba las hojas de los árboles con una inminente fuerza, creando una melodía única a oídos de los visitantes que merodeaban entre las sombras.

Con pasos cautelosos, y sus sentidos manteniéndose en alerta, prevenían un posible ataque entre las penumbras de aquella boscosa naturaleza en la que habían decidido adentrarse.

Pese a la advertencia que le fue dada por parte de Christopher Bang, el líder de la manada Wolfgang, Kim Seungmin no tenía intenciones de quedarse con los brazos cruzados. Las dudas lo habían estado carcomiendo por dentro, y necesitaba encontrar al responsable de ellas para obtener respuesta que le ayudaran a deshacerse de ese tormento.

Caminando delante de él, los hermanos Choi mantenían una charla entre ellos. De repente, los dos jóvenes licántropos comenzaban a jugar mientras Seungmin miraba a todos lados, agudizando sus sentidos porque dependía de él encontrar a Seo Changbin y regresar con los Wolfgang antes de la siguiente luna llena.

—Esperen un segundo —la voz del castaño resonó en medio del bosque, y los hermanos Choi detuvieron sus pasos en ese mismo instante.

Seungmin los observó con cuidado. Por supuesto que la osadía se reflejaba en el brillo que desprendían sus dorados ojos; los gemelos estaban dispuestos a todo, pero Seungmin no sabía si realmente él lo estaba porque los estaba llevando hacia el peligro.

Así que, antes de Changbin, la prioridad de Seungmin era mantener a salvo, y con vida, a los dos jóvenes hermanos que se encontraban delante de él.

Beom y Jun miraron al mayor con mucha curiosidad, esperando una siguiente respuesta. Entonces, el castaño aclaró su garganta y echó un vistazo rápido alrededor.

—Necesito que recuerden lo que les dije antes de venir hacia acá —comenzó a decir, tras unos segundos de silencio—. Lo que ha ocurrido con Seo Changbin es algo realmente terrible, así que necesito que sean ágiles en todo momento, ¿de acuerdo?

—Eso lo hemos entendido completamente, Kim Seungmin —respondió Beom, asintiendo ligeramente con la cabeza—. La anciana parecía demasiado preocupada por lo que sea que haya ocurrido.

—¿Preocupada? —inquirió Jun, cruzándose de brazos—. Parecía aterrada; perturbada. Es claro que algo muy peligroso ocurrió, y ninguno de nosotros sabe la respuesta, es por eso que hemos venido en busca de Changbin.

—Solo necesito que estén atentos a cualquier tipo de movimiento —advirtió Seungmin, cortando con la breve discusión de los hermanos—. No sé con quién nos vayamos a encontrar si con Changbin, o con la bestia en la que se ha convertido.

—Espero que no nos dé mucho trabajo encontrarlo para llevarlo a casa —continuó Beom con una voz apenas entendible, pues un bostezo se había escapado de su boca—. Quiero regresar a dormir pronto.

Como respuesta, el chico recibió un golpe en la cabeza por parte de su hermano. Seungmin revoleó los ojos al ver que, ni en una situación como en la que estaban, los dos chicos podían tomarse con suma seriedad las cosas.

Pero le agradaba que el ambiente entre ellos no fuese completamente lleno de tensión. Los dos licántropos idénticos hacían que la atmosfera se tornara más amena.

Continuaron con su camino, adentrándose aún más hacia las penumbras que envolvían en su totalidad el bosque. La luna, quien era la única capaz de regalarles un poco de luz, esa noche parecía ser la excepción, por lo tanto, su visión era más aguda.

Entre tantas cosas que habían ocurrido en ese corto lapso de tiempo, Seungmin se dedicó a ignorar por completo lo sucedido la mañana en la que los entrenamientos de los novatos comenzaron.