BISSED • Hyunlix [ Libro #1 ]

🌹 ; 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝖘𝖊𝖎𝖘 - 𝖋𝖎𝖓𝖆𝖑 -

La primavera llegó a la aldea de Bukchon y el bosque recuperó parte de la vida que le había sido arrebatada meses atrás. Los majestuosos árboles reverdecieron y las aves no perdieron oportunidad para revolotear entre las copas cuando la luz del alba esclarecía el cielo.

El césped tintaba el suelo y el dulce aroma de las flores se esparcía por cada rincón al soplar el viento, enviando susurros y haciendo danzar las hojas de los árboles.

Pero, aún con toda la naturaleza renacida, no pareció ser suficiente razón para que la fauna volviese a merodear por las tierras de los vampiros, y eso jodía bastante al nuevo Rey de los Coventy.

Las estrategias planeadas finalmente no obtuvieron los resultados esperados, y el invierno se terminó esfumando tan rápido como succionar la sangre de un mortal, así que el trato y la pequeña alianza hecha con los licántropos también concluyó; ya no podían pisar sus tierras para obtener alimento.

Después de dos semanas de haber llegado la primavera, con un poco de suerte, podían atrapar algún ciervo que merodease por la orilla del río. Hyunjin se mantenía tranquilo porque los neonatos ya controlaban su sed por la sangre humana, y pronto terminarían por adaptarse.

Hyunjin organizó a su clan para vigilar los alrededores del bosque. Las reuniones con el consejo las había dejado en segundo plano porque decidió priorizar la búsqueda de una fuente de alimento.

Para Hyunjin, hacerse cargo del clan después de la muerte de sus padres terminó siendo tan agotador como la primera vez, así que usaba esas pequeñas oportunidades de salir a cazar para escapar de su encierro.

Como cada noche, la luna lo recibió desde lo alto del cielo para hacerle compañía. Las estrellas resplandecían a su alrededor y Hyunjin sonrió por su brillo irregular; el sosiego y el tiempo que disfrutaba sintiendo la brisa en su rostro se convirtió en su pasatiempo favorito.

Evitar que los recuerdos del pasado se hicieran presentes era inevitable; todo había sucedido tan rápido, así que era difícil deshacerse de ellos. Por noches enteras estuvo considerando la idea de que Minho, su mejor amigo, le borrase la memoria.

Pero Hyunjin no estaba siquiera listo para deshacerse del recuerdo que lo acompañaría por el resto de su existencia: Lee Félix, el mortal que se convirtió tanto en su lugar seguro como en su destrucción. Porque sí, Hyunjin acabó con el corazón hecho pedazos cuando lo perdió.

-Quizá sí deban borrarme algunos recuerdos -Hyunjin murmuró para sí mismo y cerró los ojos.

El silencio de la noche lo abrazó hasta que el crujido de ramas quebrándose llamó su atención. Pensando en que se trataba de una presa, Hyunjin se colocó en cuclillas sobre el grueso brazo del árbol en el que se encontraba.

Sus ojos esmeraldas se mantuvieron alerta, paseándose por cada pequeño rincón que le permitía su campo de visión. El ruido más sutil llegó a sus oídos, y los diversos aromas que conferían al bosque se mezclaron entre sí cuando la brisa sopló, revolviéndole los oscuros cabellos y acariciando su pálido rostro.

Hyunjin escuchó un revoloteo a sus espaldas, seguido del ronco graznido de su mensajero y, dudando por una fracción de segundo, volteó a verlo.

-Noir -saludó al bulto negro que agitó sus enormes alas-. ¿Has visto algo acercarse?

Antes de recibir respuesta del ave, el viento sopló una vez más y los sentidos de Hyunjin se volvieron más sensibles; sus pupilas se contrajeron al mismo tiempo que el color esmeralda era remplazado por el intenso carmesí y sus colmillos se alargaron.

De repente, Hyunjin percibió el cambio en el ambiente, transformando la tranquilidad en tensión, así que se puso en pie para tener mejor perspectiva de aquello que estuviese merodeando cerca, ahí, al otro lado del río, esperando salir.