Choi MinHo.
Despiadado, sexy y asesino extraordinario.
O al menos solía serlo.
Ahora, MinHo está acabado, bebiendo hasta perder el conocimiento noche tras noche. Necesita un golpe más, una oportunidad más para probarse a sí mismo, para recuperar algo de dignidad.
Entra Lee TaeMin, el rubio de ojos avellanos.
Una muerte fácil, o debería haberlo sido.
MinHo estropea el golpe y se despierta atado a una silla con un cuchillo presionado contra su yugular. Espera a que TaeMin acabe con él, pero su joven marca hace algo inesperado.
Humillado, MinHo jura acabar con TaeMin, pero matarlo no es nada fácil.
Tiene el don de escapar y siempre va un paso por delante.
Bromea, humilla y vuelve loco a MinHo.
Es un adictivo juego del gato y el ratón que obliga a MinHo a salir de la cuneta y ponerse en forma.
MinHo quiere a TaeMin muerto, pero tal vez lo quiera vivo un poco más...