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Los párpados de MinHo estaban pesados, pero los obligó a abrirse y se estiró a través de la cama hacia TaeMin. Pateó en el aire, todavía adormecido, pero cuando se dio cuenta de que TaeMin se había ido, su ritmo cardíaco se disparó. TaeMin había desaparecido mientras dormía, se escapó de él en la noche.

El inodoro sonó detrás de él. La puerta del baño chirrió en sus bisagras, y luego una serie de pesados pasos se acercaron. MinHo fingió estar dormido, escuchando a TaeMin, preguntándose qué estaba a punto de hacer. TaeMin llegó al borde de la cama, se arrastró sobre MinHo y luego se metió debajo del edredón. MinHo volvió a acomodarse, observando a TaeMin con cariño mientras se frotaba la cabeza en la almohada.

—Pensé que podrías correr —susurró MinHo.

TaeMin resopló.

—No creas que voy a correr por un tiempo.

—¿Dolorido?

—Un poco, y adolorido, y...

—¿Y qué?

—Tan jodidamente cansado.

TaeMin había dejado la luz del baño encendida y la puerta abierta. MinHo podía verlo claramente. El agotamiento debajo de sus ojos, su cabello apelmazado, la derrota absoluta en su rostro. MinHo extendió la mano y le tocó la mejilla. TaeMin presionó la mano de MinHo y suspiró.

—Estoy cansado, MinHo.

—Lo sé.

Cuando el edredón se deslizó del bíceps de TaeMin, MinHo vio el corte en su carne con la misma claridad. Robó su atención de los ojos de TaeMin. En su lujuria no había notado el corte, pero en la calma de la cama lo vio, y eso lo enfureció inexplicablemente.

—¿Qué aspecto tenía el tipo que te hizo eso?

TaeMin arqueó una ceja.

—¿Vas a volverte todo un novio territorial conmigo?

—Dime.

—Dondequiera que iba, parecían estar allí, buscándome. Me acorralaron, logré escapar, pero el tipo me apuñaló. No recuerdo mucho acerca de cómo se veía; sin embargo, no era muy alto, me azotó en la cara cuando pasé con dificultad.

—¿Cabello claro?

—Creo que sí.

—Él fue el que te disparó en el parque. Lo maté.

TaeMin abrió mucho los ojos.

—¿Qué?

—Le disparé a quemarropa.

—¿Sí?

MinHo asintió.

—Sí.

—Supongo que eso es un poco agradable de escuchar—. TaeMin sonrió. —¿Seguro que no tienes una racha territorial?

MinHo se rió.

TaeMin alcanzó el brazo de MinHo y pasó las yemas de los dedos por la cicatriz de su codo.

—¿Cómo te hiciste esto?

—Corrí a un edificio en llamas para salvar a algunos gatitos.

TaeMin se rió entre dientes.

—¿Oh, sí?

—Sí, los salvé, luego apagué las llamas con un solo aliento, así de fácil.

—¿También besaste a la chica?

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