3: Tengo que soltarte.. no puedo hacerlo.

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— ¿Paris?

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— ¿Paris?

— Si, está en Francia.

— ¡¿Viaje grupal?!

Chuuya escuchaba la conversación mientras desayunaba una crepa con zarzamora sentadito al lado de Ane-san. Atsushi estaba emocionado por una excursión a Kioto al lado de sus superiores y su ejemplo a seguir, Nakahara Chuuya. Dazai solo bebía su café negro mientras Kouyou le daba unos boletos a Ryunosuke.

Eran cuatro boletos y el Shin Soukoku solo iba como apoyo para proteger al pelirrojo, el castaño iba porque Ozaki no aceptaba que quizá perdería a Chuuya y quería atrasar lo más que pudiera ese momento, aún si eso consistía en tener a Dazai cerca de él.

Pero es que ella no sabía que eso lo mataba más rápido.

El día de la salida Chuuya estaba en su habitación junto a Kouyou insistiéndole en que vaya, a lo que ella dijo que alguien debía hacerse cargo del puesto de Chuuya de por mientras. La pelirroja acarició el cabello del Arabahaki y notó algo extraño..

El cabello se le estaba desprendiendo.

El desayuno llegó al cuarto de Chuuya y comenzaron a charlar mientras el pelirrojo solo veía su comida.. ya no sentía el mismo apetito que antes.

— Ane-San, no tengo hambre..

— Chuuya, tu estómago no tiene la culpa del sufrimiento de tu corazón..

Kouyou tomó un poco de sopa en una cuchara y la dirigió hacia la boca del pelirrojo, no podía irse con el estómago vacío. Pasaron unos minutos y al ver que había comido un poco de la mitad de su plato lo dejó irse.

— Cariño, mejor ya ve, recuerda que te amo muchísimo, mami te ama. — Abrazo a Chuuya con delicadeza mientras tenía un nudo en la garganta por ver a su niño en tan mal estado.

— Está bien, nos vemos en dos semanas, Ane-san. — Chuuya sonrió y tomó su maleta para irse por la puerta.

En el instante en la que está se cerró, Kouyou trataba de asimilar que quizá esa sería la última vez que iba a ver a Chuuya, ¿Por qué su bello cabello estaba más frágil? Era mejor dejarlo ir después de todo, las despedidas nunca son buenas y ella no quería decirle adiós.

Ryunosuke no había visto a su superior en días y al verlo notó una gran diferencia. El lo vio todos los días durante más de 6 años y notaba con facilidad los cambios del cuerpo de Chuuya; estaba más pálido, más delgado.. ya no tenía su misma esencia.

Al subir al avión Chuuya se sentía extraño ya que en vez de parecer sus amigos parecían sus guardaespaldas. Se sentó al lado de Dazai y este le dijo que cualquier cosa que necesitara se lo dijera, que no moviera ni un dedo.

Ayer por ti, hoy por mi ~ Soukoku HanahakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora